martes, 24 de diciembre de 2019

Fundida en Él




Sé que está aquí conmigo, ahora, en este instante, ahí y allí, en todo lugar donde me encuentro.
Que calma y sosiega mi impaciencia y la falta de templanza cuando ando tocada por el mundo inquieto que en mí vive.
Comprende más allá de lo que yo pueda comprender y entender, todo lo que deseo querer y no quiero.
Sabe de mis imperfecciones, de mis debilidades, de mis dudas, de mis penas, de mis miedos…
¿Qué puedo decir que no sepa lo que mi alma siente y guarda?
Sabe hasta qué punto lo quiero, y puedo quererle y fundirme en Él.



+Capuchino de Silos




.

lunes, 16 de diciembre de 2019

Del pesebre a la cruz



Seguía hojeando mi diario y le comenté a María que aunque estábamos en tiempo de Adviento le iba a leer lo que siempre es necesario tener en cuenta. 
-Te leo, le dije.
“Hay que pedir la conversión continuamente. Es una necesidad.
Entrañas de misericordia como las que tiene el Señor y pedirle a Él la pureza de corazón para que no se meta nada dentro que no sea de Cristo; todo lo que no sea de Él ¡fuera!
Ser diferentes. Discernir el bien del mal y desechar lo que sea impedimento.
Vivir en un recogimiento interior manteniendo la conciencia diferente, distinta, en nuestro santuario interior.
El desprendimiento es darse, desligarse de las cosas de la tierra y darse a Dios nuestro Señor. La tierra sujeta.
Que la raíz sea profunda es una gracia que hay que pedirle al Señor.
La estabilidad de corazón es fundirse en Cristo.
Edificar nuestro edificio en Cristo. Si el edificio se edifica fuera no se mantiene.
El corazón se edifica en Cristo para que se haga firme, para que se fortalezca en cuerpo y alma, y para que podamos ser sólidos en Cristo.
Cuando el edificio crece, aguanta y no se desmorona. Tiene virtudes que el mundo desprecia.
El desprendimiento y la humildad se hermanan y van juntas por Cristo y hacia Cristo.
El Señor nos humilla de muchas formas continuamente y perdemos humildad.
Nunca se aprende bien, ni del todo y la soberbia no puede crecer.
Sentir que no somos nada y que todo nos lo da Él. ¡Danos tu gracia Señor! Con el convencimiento de que no somos nada, que no valemos nada, que no podemos nada, que no tenemos nada; pero Dios viene en nuestro auxilio. ¡Señor, me tienes que ayudar porque no tengo nada!
El Señor es muy celoso. Nos quiere solos, sin nadie.
Todo es personal. Nos quiere para Él. Todo lo que nos dice es personal.
Hay que despreocuparse. Quitarse de encima la propia salud. Los pájaros no se preocupan. El Señor los cuida como cuida el campo. ¿Cómo no nos va a cuidar a nosotros y por la propia salvación? La salvación es de Dios porque Él quiere. Él lo sabe.
Tiene un plan para nosotros. Debemos seguirle, amarle, servirle; lo demás nos lo da Él.
El deseo nos viene de Dios. Dios es el que nos santifica y pone cada cosa en su sitio. Lo accesorio no importa. Lo que importa es estar pendiente de Cristo con libertad de espíritu.
Dios ofrece todo su cuerpo con su muerte. Desprendido de las cosas de la tierra. El sacrificio que nos puede pedir es seguirlo con la cruz de cada día. En ella está la vida y el consuelo. Participar en la pasión del Señor que nos toque para completar su pasión.
Pedirle que nos conceda sabiduría encajando la cruz con la esperanza de la Vida Eterna”
Amén

María, muy callada, contemplaba un cuadro de la Virgen que tengo en el salón. De repente susurró:
-Santas palabras que dulcifican y llenan el alma para poder amar al Señor más y con más fuerzas. Las meditaré en estos días.

+Capuchino de Silos






.

sábado, 7 de diciembre de 2019

¡Un sello!


Ni un minuto pasó cuando me encontré leyendo en una libreta muy usada y cochambrosa algo que había escrito años atrás.
No era mío, pero me pertenecía. Estaba escrito por mí con letra casi ilegible.
Entre otras muchas cosas leí:

“Nunca estamos convertidos del todo. No tenemos tope porque el Señor siempre tira de nosotros en las Misas, en el Rosario, cuando rezamos; tenemos tendencia a no hacerlo porque creemos haberlo hecho todo. Eso creemos.
Examinemos.
La llama debe estar siempre limpia y el aceite debe ser cambiado por uno limpio.
Nos dormimos porque la virtud no llega, y es que hay que recargar la llama y el aceite.
La puntualidad no es virtud porque el Señor tarda en venir. No llega.
Buscar la perfección. Limpiar la llama y el aceite.
Convertirnos continuamente… ¡Señor dame…!
Es Padre porque perdona, porque ama… y un día será el final.
Seamos los mismos, pero nuevos, renovados…
Cualquier tiempo es intensa actividad en todo.
Buscar el Reino de Dios y su Justicia. ¡Dios está tan cercano!
Convertirse es dejar de vivir como hacen todos, aunque sea incómodo. Un nuevo estilo de vida.
Estamos en un mundo peligroso para que todos seamos iguales, y, ante el Señor, no somos iguales. Nos quiere diferentes. Se interesa por cada uno de nosotros y no nos quiere vulgares.
Tener signos diferentes.
Mi vida es distinta a otra.
¡Distinción!
Calidad superior a la vulgaridad.
¡Un sello!
El cristiano debe ser un alma diferente y distinta.
Tener un ¡sello!; el modelo, para que Él nos configure y modele. Las señales de Cristo Jesús, parecidas a Cristo Jesús, como una victoria, como una gloria.
Cuando se es cristiano no somos vulgares y tenemos que recuperar su sello: ¡la distinción! La distinción no se borra nunca. Sin Dios somos nada. Nos volvemos polvo.
El pecado tapa, sepulta.
Pidámosle al Señor su gracia, un Jubileo de Misericordia.
Es algo muy profundo el Corazón de Jesús que está herido por nosotros.
Reclinar nuestra cabeza en el pecho de Cristo como alma enamorada, con confianza, sin explicaciones porque se hizo hombre para y por nosotros. Un corazón que nos espera en conversión con la actitud y caridad del sello cristiano"



+Capuchino de Silos (apuntes de mi diario)




.



domingo, 24 de noviembre de 2019

A mi Rey y Señor




A ti, Rey mío, qué pensabas en mí antes de que el mundo existiera; que te siento; que eres principio y fin de todas las cosas del mundo.
A ti, mi Rey y Señor, que permaneces mudo ante mi ruindad y maldad.
A ti, Creador mío, que te haces pequeño en los brazos de María para que yo aprenda la verdadera humildad .
A ti, semilla de justicia y amor, que de mí alejo cada día con mi pecado.
A ti, mi protector..., Hijo del Eterno Padre, que te abandono y te ofendo con mis malas acciones y no dejo de agraviar.
A ti, grandeza eterna; que, por mi culpa, cargaste con el duro madero para morir ensangrentado en la cruz del martirio…
Que eres manantial de sabiduría, que eres ilusión, anhelo y felicidad para con todos, santuario de Dios Padre, grandioso en misericordia y piedad, origen de toda existencia y virtud, y la puerta más grande para ir al Cielo…
A ti, dueño de mi pequeñísima pecadora alma, ofreciéndome la sima de todas las virtudes…,
¡Ábreme los ojos, te lo ruego!, perdóname mi Señor y álzame a una nueva Vida para que pueda caminar hacia ti. 
Amén



+Capuchino de Silos



.


sábado, 19 de octubre de 2019

Vivir en el silencio




“Nadie va a quitarme la fe a pesar de aquellas voces queriendo sembrar la semilla del odio en mi alma. No. Imposible. De nuevo han querido envenenar mi cabeza. Les digo, sin temor a equivocarme, que con mi corazón no pueden. Me sostiene la esperanza que Dios me regala cada día, cada minuto, a pesar de la pobre vida que le ofrezco. Nadie puede arrebatarme su Presencia y los muchos dones que recibo por su infinita Misericordia. Al contrario. Hoy puedo decir que tengo algo más de fe.
Cada mañana me llega, como el regalo más preciado, la gracia de la templanza y la paciencia como alivio y bálsamo de los males y envidias del mundo.
De pequeña me enseñaron a amar y poder rezar con los ojos y el alma puestos en mi Dios y Señor. No puedo, ni siquiera pensar, ser cristiana sin hacerlo así.
Todas mis lágrimas las guarda desde que era niña. Las de ahora con más motivos. Todas ellas las he derramado y las derramo a los pies de mí amado Cristo. He crecido y sigo creciendo junto a Él como ese sauce llorón plantado junto al lago.
Te cuento todo esto, porque sé mi querida amiga, que comprenderás mi mutismo en todo este tiempo. He querido vivir en el silencio interior como si estuviese haciendo Ejercicios Espirituales; sí, como aquellos que hacíamos en el colegio”.

Por fin me llegaba una carta de María.


+Capuchino de Silos



.

martes, 20 de agosto de 2019

Mañana será otro día



Muy querida amiga:
Cuando me levanté hoy  y miré al cielo como hago todos los días, -decía la carta de mi amiga María,- los algodones blancos y pesados de las nubes que cubrían el cielo tan temprano, parecían que iban a caer todos sobre mi cabeza de lo que me pesaba. No he podido quitar de ella la pesadez y el mal de ayer. Todas aquellas nubes, parecían caer no solo sobre mi cabeza. Todo se desordenaba. Todo se balanceaba. Pensé que el Señor me estaba amonestando. Me encontraba sin fuerzas, cansada, sin constancia para correr la carrera de la perseverancia. Me quedé sin la silla de la virtud y quedaba sin poder sostenerme. Estaba vestida de harapos y sin el vestido de las alturas porque esa imperfección no era otra cosa que la debilidad de las mejores cosas de arriba. Los que van de virtud en virtud son los que pasan y vuelan con la mejor prenda. Sí, con la bella prenda de los ángeles. Pero no era el caso de la vestimenta de los ángeles ni la fortaleza del diamante que permanece fiel a su muralla y no le afectan los golpes. Me he parado en seco. Parece como si hubiese dejado de conquistar el árbol de la perseverancia para arrebatarle sus frutos.
Así me encuentro hoy.
Mi padre diría: “estás intercadente”


+Capuchino de Silos


.

domingo, 4 de agosto de 2019

Recemos por todos los sacerdotes.





Omnipotente y eterno Dios, mira el rostro de tu Divino Hijo y por amor a Él, ten piedad de tus sacerdotes.  Recuerda que no son sino débiles y frágiles criaturas, mantén vivo en ellos el fuego de tu amor y guárdalos para que el enemigo no prevalezca contra ellos y en ningún momento se hagan indignos de su santa vocación.
Te ruego por tus sacerdotes fieles y fervorosos, por los que trabajan cerca o en lejanas misiones y por los que te han abandonado.
¡Oh Jesús! te ruego  por tus sacerdotes jóvenes  y ancianos, por los que están  enfermos o agonizantes y por las almas de los que estén en el purgatorio.
¡Oh Jesús! te ruego por el sacerdote que me bautizó, por los sacerdotes que perdonan mis pecados, por aquellos a cuyas misas he asistido y asisto, por los que me instruyeron y aconsejaron, por todos para los que tengo algún motivo de gratitud.
¡Oh Jesús! guárdalos a todos en tu Corazón, concédeles abundantes bendiciones en el tiempo y en la eternidad Amén.
Sagrado Corazón de Jesús, bendice a tus sacerdotes
Sagrado Corazón de Jesús, santifica a tus sacerdotes
Sagrado Corazón de Jesús, reina por tus sacerdotes.
María, madre de los sacerdotes, ruega por ellos.
Danos Señor vocaciones sacerdotales y religiosas.

San Juan María Vianney ( cura de Ars)

.


jueves, 25 de julio de 2019

Patrón de España



En Santiago, en Galicia, en España, hoy cantan las campanas mostrando el silencio profundo de nuestra Fe para darle gracias al gran Apóstol que ha cuidado y cuida a nuestra España querida.
Él duerme mientras tanto, sumido en un sueño glorioso, rodeado de ángeles y más apóstol que nunca, como el más fiel esclavo de Dios es Cristo Jesús, y Rey mío, y de todos.
Hoy, todas las campanas de plata y oro cantan a voces y no se esconden de nada. Lo hacen mostrándole a Dios el corazón sangriento de la que fue su tierra; hoy, llena de heridas. 
Desde aquí, y otros muchos sitios, siguen tañendo fuerte para que su música llegue al mismo Cielo, con todas las armonías que viven dentro de ellas dando gracias por haber amado tanto a ésta bendita tierra de María Santísima.

¡Viva Santiago Apóstol!
¡Viva España!
¡Viva Cristo Rey!

 +Capuchino de Silos


.

martes, 9 de julio de 2019

Capuchino de Silos



Entro en el blog con mucho cuidado y lo retomo con mucho temor. Cada letra, cada coma, cada frase, necesita nacer como cuando con el pincel dejo una pizca de color para contar un algo. Igual lo necesita la pintura y la música. Hay que trabajar; hay que ir quitando de aquí y de allí lo que pueda sobrar y lo que no suene bien. Es casi como un destello de luz, un paisaje que llevas dentro, los pasos de un baile, un arrebato de amor.
No hay reloj, porque no hay horario fijo, ni momento. Nunca prometí constancia, pero sí volver a entrar en la hoja blanca mía y de todos para contar algo. Para escribir cómo estoy haciendo.
Nunca hubiese querido llevarme disgustos por haberlo comenzado. Sí, y nada buenos.
Después queda la hoja virtual repleta de letras, comas y frases, una tras otra, que va quedando en ese lugar cuando aquel día de hace años le di nombre para decir cosas o contar historias.
Ahora, toca esperar otro momento sin día fijo, sin horario ni calendario.
Esperar también que llegue María mi querida amiga.



+Capuchino de Silos






.

viernes, 17 de mayo de 2019

Vanos juicios




"Hija, pon tu corazón fijamente en Dios, y no temas los juicios humanos cuando la conciencia no te acusa.
Bueno es y dichoso padecer de esta suerte; y esto no es duro al corazón humilde, que confía más en Dios que en sí mismo.
Los más hablan demasiadamente, y por eso se les debe dar poco crédito.
Y también satisfacer a todos no es posible.
Aunque San Pablo trabajó en contentar a todos en el Señor, y fue todo para todos, sin embargo, en nada tuvo el ser juzgado del mundo.
Mucho hizo por la salud y edificación de los otros, trabajando  cuanto pudo y estaba de su parte; pero no se pudo librar de que le juzgasen y despreciasen algunas veces.
Por eso lo encomendó todo a Dios, que lo conoce todo, y con paciencia y humildad se defendía de las malas lenguas y de los que piensas vanidades y mentiras, y las dicen como se les antoja.
Y también respondió algunas veces, porque no se escandalizasen algunas almas débiles en verle callar.
¿Quién eres tú para que temas al hombre mortal? Hoy es, y mañana no parece.
Teme a Dios y no te espantarán los fieros de los hombre.
¿Qué te puede hacer el hombre con palabras e injurias? Más bien se daña a sí mismo que a ti; y cualquiera que sea, no podrá huir del juicio de Dios.
Ten presente a Dios, y no contiendas con palabras de queja.
Y si ahora quedas debajo, al parecer, y sufres la humillación que no merecistes, no te indignes por eso, ni con impaciencia disminuyas tu corona.
Sino mírame a mí en el cielo, que puedo librar de toda confusión e injuria, y "dar a cada uno según sus obras" (Rom 2,6)


+Imitación de Cristo





.

viernes, 10 de mayo de 2019

En otros tiempos




Así fue cómo comencé este precioso diario que me regalaron en unos Reyes:

"No quiero cobardía.
No quiero dejadez.
No quiero ser  cautiva del pecado.
Quiero la salvación. La salvación eterna.
Quiero purificar mi alma con la gracia.
Quiero la gracia para amar a Dios y al hombre que no ama.
Quiero un vínculo divino que no me aparte de Dios.
Quiero que el Espíritu Santo divinice mi alma.
Quiero penetrar más hondamente en los caminos de Dios.
Quiero una nueva regeneración para participar en su divina gracia.

-Concédeme transformarme interiormente y obtener frutos del Sacramento de la Comunión. Amén

Ya, casi a la mitad del diario escribía:

Debemos pensar que seremos espiritualmente examinados en el estrecho Juicio de Dios; que de nosotros, sabe más que nosotros mismos. Él conoce mi más íntimo pensamiento; le pido, que en cada examen, me ayude a iluminar el último rincón de mi corazón para que pueda limpiarlo bien y conservarlo para Él en óptimas condiciones. Amén"

-Fueron otros tiempos.

-Sí, no te aflijas. Pídele al Señor que te ayude. Te ayudará. Estoy segura.


+Capuchino de Silos






.

jueves, 2 de mayo de 2019

"...sólo Dios basta"







-¿Sabías el motivo por el cual Santa Teresa escribió este poema?
-No, le contesté.
-Le acusaron de lesbianismo con una monja del convento. 

Lo dijo con lágrimas en los ojos y empezó a llorar.
Con mucho trabajo y entre dientes siguió:

-Me ha dado una fuerza enorme saberlo. Ella no dejó el convento. Siguió en él. Su amor por el Señor fue mucho más grande que el mío en éste momento tan penoso para mí. En otra ocasión, también, me acusaron de lo mismo porque acompañaba a una amiga al estar muy sola. Me siento muy acompañada por la Santa, ¿sabes?
-¡Ya lo creo! Te comprendo.¿Dirán lo mismo de nosotras?, le contesté.
-Que digan lo que quieran; siempre habrá alguien que levante falsos testimonios. Después tendrán su castigo. ¡Eso es seguro!.

Nos abrazamos y le entregué el libro que estaba leyendo.

-Espero que pronto levantes cabeza.


+Capuchino de Silos


Nada te turbe,
Nada te espante,
Todo se pasa,
Dios no se muda,

La paciencia
Todo lo alcanza;
Quien a Dios tiene
Nada le falta:
Sólo Dios basta.

Eleva el pensamiento,
al cielo sube,
por nada te acongojes,
Nada te turbe.

A Jesucristo sigue
con pecho grande,
y, venga lo que venga,
Nada te espante.

¿Ves la gloria del mundo?
Es gloria vana;
nada tiene de estable,
Todo se pasa.

Aspira a lo celeste,
que siempre dura;
fiel y rico en promesas,
Dios no se muda.

Ámala cual merece
Bondad inmensa;
pero no hay amor fino
Sin la paciencia.

Confianza y fe viva
mantenga el alma,
que quien cree y espera
Todo lo alcanza.

Del infierno acosado
aunque se viere,
burlará sus furores
Quien a Dios tiene.

Vénganle desamparos,
cruces, desgracias;
siendo Dios su tesoro,
Nada le falta.

Id, pues, bienes del mundo;
id, dichas vanas,
aunque todo lo pierda,
Sólo Dios basta.

+Santa Teresa de Jesús



.


lunes, 22 de abril de 2019

Esperanza




Uno de los paraguas se volvió y como era casi imposible salir por culpa del viento entramos en casa esperando a que escampara. No escampó. María seguía encontrándose mal pues la lluvia le recrudecía el asma aparte de todo lo demás. Estaba muy pálida y desmadejada. Así que preparé un café y nos sentamos en el salón.
Me puse a leerle un fragmento del gran poeta Charle Pèguy sobre la esperanza que renace sin cesar en nuestro corazón.

“Se preguntan, se dicen. Pero cómo es posible
Que esta fuente de la Esperanza fluya eternamente.
Fluya eternamente.
Eternamente joven, eternamente pura.
Eternamente fresca, eternamente fluida.
Eternamente viva.
De dónde toma esta criatura tanta agua pura, tanta agua clara.
Tanto caudal, tanta corriente.
¿Acaso lo crea ella? ¿Constantemente?
-No-dice Dios-. Sólo Yo creo.
-Entonces, de dónde toma tanta agua.
Para esta fuente viva.
Cómo es posible que esta fuente eterna
Mane eternamente.
Que ese manantial eterno
Corra eternamente.
Algún secreto ha de encerrar.
Algún misterio.
Para que a esta fuente no la enturbien eternamente las fuertes y densas lluvia del otoño.
Para que no la agoten eternamente los ardientes ardores de julio.
-Buenas gentes –dice Dios-, no es tan difícil.
Si hubiera querido formar manantiales puros con agua pura.
Manantiales de agua pura.
Nunca habría hallado suficiente en (toda) mi Creación.
Porque no hay suficiente.
Pero son precisamente las aguas malas con las que forma manantiales de agua pura.
Y por eso nunca falta.

Y por eso también es la Esperanza.

Entonces cómo se las ingenia para hacer agua pura con aguas malas
Agua joven con agua vieja,

Días jóvenes con días viejos.
Agua nueva con agua usada.

Fuentes de agua vieja,
Almas frescas con almas viejas.

Fuentes de alma con el alma vieja.
Agua fresca con agua tibia.

Ay del que sea tibio.

Mañanas jóvenes con noches viejas.
Almas claras con almas turbias.

Agua clara con agua turbia.
Agua, almas niñas con almas gastadas.

Almas que se levantan con almas que se acuestan
Almas que manan con almas estancadas.

Cómo lo consigue, cómo se las ingenia,
Ese es, hijos míos, mi secreto.
Porque Yo soy su Padre.

Almas nuevas con almas ya usadas
Días nuevos con días ya usados.

Almas transparentes con almas turbias.
Almas que se levantan con almas que se acuestan.
Días transparentes con días turbios.

Si fuese con días transparentes con los que hace días transparentes.
Si fuese con las almas, con el agua clara con la que hace fuentes.
Con agua clara con la que hace agua clara.
Si fuese con el alma pura con la que hace agua pura,
Entonces no sería difícil. Todo el mundo podría hacer lo mismo. Y no habría secreto.



Pero es con un agua impura, un agua envejecida, un agua cualquiera.
Pero es con un alma impura con la que hace un agua pura y es el más hermoso secreto que existe en el jardín del mundo”.

+Charles Péguy






.

miércoles, 10 de abril de 2019

"La espera"


Boceto para un cuadro que hice - C. Alcántara

"Mi vida camina hacia el ocaso.

Estoy cansado, extenuado de la larga lucha.
Dios es la luz. He luchado por entrar en posesión de la Luz de Dios.
"Y será: al tiempo de la tarde habrá luz", así el profeta cuando habla de "Día del Señor".
Años, decenios de espera, de luchas, de búsqueda angustiosa.
Siempre orientado hacia el Eterno, el alma rebosando de poesía religiosa, peregrino de Dios, sediento de Dios.
Claridades deliciosas y sombras alargadas.
Qué se ocultase detrás  de estos contrastes de vivos destellos de luz y oscuridades densas, yo mismo lo ignoraba.
Yo llegaba, como peregrino de Dios, hasta las mismas puertas del Eterno, y las encontraba cerradas. Alguna vez, en un momento de Gracia, se entreabrían e instantáneamente volvían a cerrarse.
¡Qué tristeza! "Sentimiento" es "movimiento".
Mi alma estaba en movimiento, a veces en movimiento acelerado, pero ¿hacia qué meta? Yo no lo sabía. Hoy lo sé.
¡Qué difícil era este vagar sin rumbo! Estás aquí, estás cumpliendo tus obligaciones, mientras tu alma está lejos de ti. Al terminarse tu jornada, impregnada quizá de amargura, te preguntas: ¿Dónde reclinaré mi cabeza cansada?
¡Cuánta tristeza! La golondrina tiene un nido. También mi alma va en busca de una casa.
Ver ahí las lágrimas: gotas de rocío; caen sobre el fondo de tu alma ardiente, y se secan. Fíjate bien: el suelo está mojado, y, sin embargo, no despunta ninguna florecilla.
Llega la primavera.

María sentada, escuchaba atentamente el relato del bello libro de Zolli. 
Abstraída y muy seria me hizo callar con su gesto".


+Eugenio Zolli






.





domingo, 31 de marzo de 2019

Pasado un tiempo...



Era muy temprano y ya el sol se estaba haciendo dueño del día que lucía blanco y limpio como el ajuar de una novia de las de antes. Al descorrer las cortinas y abrir el gran ventanal de la biblioteca, vi un rayito ligero iluminando uno de los ángulos del cuadro con paisaje de colores suaves que había hecho años atrás. Me gustó observar cómo el sol, despacio, casi sin sentir, se colaba por él hasta que lo llenó plenamente con sus ya rayos intensos. El paisaje apareció ante mí con otra luz, con otro color; mucho más atractivo. Fue el que no supe emplear cuando lo hice. Quedé satisfecha. Estaba mucho más bello. Lo retomaré, me dije.

Miré la hora. María estaba por llegar y, pensando esto, entró sin llamar. La puerta que daba al jardín estaba abierta y el olor de la hierba recién cortada inundó la casa. Se escuchaba el sonido de la máquina corta césped al otro lado de la casa y, por la puerta, asomaban colgando las glicinias en flor, en ramilletes rosados, como caídos del mismo cielo. Una estampa realmente preciosa. Tendría que hacer otro cuadro.

Miré a María que se había sentado en el salón y recordé un pensamiento bellísimo de S. Francisco de Sales:
“Esta pobre alma, que está decidida a morir antes que ofender a Dios, pero que no siente, sin embargo, una sola brizna de fervor sino, al contrario, una extremada frialdad que la tiene paralizada y tan débil que cae continuamente en imperfecciones patentes, esta alma malherida, pues su amor está enormemente dolorido al ver que Dios no parece ver lo mucho que le ama, abandonándola como a una criatura que no le pertenece, y piensa que entre sus defectos, sus distracciones y su frialdad, nuestro Señor le lanza este reproche: ¿Cómo puedes decir que me amas, si tu alma no está conmigo? Ese dardo atravesando su corazón es un dardo de dolor que procede del amor, pues si ella no lo amara, no le afligiría el temor que tiene de no amar”
Eran unas bellas palabras del Tratado del amor de Dios, libro VI, cap.15 de este gran santo que me hizo mucho bien en otro tiempo. Se las repetí a María que las acogió con lágrimas en los ojos. Había pasado ya un tiempo desde aquel rumor que corrió como una lombriz rastrera atravesando los muros de la iglesia.



+Capuchino de Silos







.