Cuando se piensa que Nuestro Señor Jesucristo, en la última Cena, realizó un milagro más grande que la creación del Universo con todos sus esplendores, y fue convertir el pan y el vino en su Cuerpo y Sangre para alimentar al mundo, y que este portento, ante el cual se arrodillan los ángeles y los hombres, puede repetirlo cada día un sacerdote...
Cuando se piensa que un sacerdote hace más falta que un rey, más que un militar, más que un banquero, más que un médico, más que un maestro, porque él puede reemplazar a todos y ninguno puede reemplazarlo a él...
Cuando se piensa que un sacerdote, cuando celebra en el altar, tiene una dignidad infinitamente mayor que un rey; y que no es ni un símbolo, ni siquiera un embajador de Cristo, sino que es Cristo mismo que está allí repitiendo el mayor milagro de Dios...
Cuando se piensa que el mundo moriría de la peor hambre si llegara a faltarle ese pan y ese vino, y que eso puede ocurrir, porque están escaseando las vocaciones sacerdotales, y que cuando eso ocurra se conmoverán los cielos y estallará la Tierra, como si la mano de Dios hubiera dejado de sostenerla; y las gentes aullarán de hambre y de angustia, y pedirán ese Pan, y no habrá quien se lo dé; y pedirán la absolución de sus culpas, y no habrá quien las absuelva, y morirán con los ojos abiertos por el mayor de los espantos...
Cuando se piensa todo esto, uno comprende la inmensa necesidad de fomentar las vocaciones sacerdotales...
Uno comprende el afán con que en tiempos antiguos, cada familia ansiaba que de su seno brotase, como una vara de nardo, una vocación sacerdotal...
Uno comprende el inmenso respeto que los pueblos tenían por los sacerdotes, lo que se reflejaba en las leyes...
Uno comprende que el peor crimen que puede cometer alguien es impedir o desalentar una vocación...
Uno comprende que provocar una apostasía es ser como Judas y vender a Cristo de nuevo...
Uno comprende que si un padre o una madre obstruyen la vocación sacerdotal de un hijo, es como si renunciaran a un título de nobleza incomparable...
Uno comprende que más que una iglesia, y más que una escuela, y más que un hospital, es un seminario o un noviciado...
Uno comprende que dar para construir o mantener un seminario o un noviciado es multiplicar los nacimientos del Redentor...
Uno comprende que dar para costear los estudios de un joven seminarista o de un novicio es allanar el camino por donde ha de llegar al altar un hombre, que durante media hora, cada día, será mucho más que todas las dignidades de la Tierra y que todos los santos del Cielo, pues será Cristo mismo, sacrificando su Cuerpo y su Sangre, para alimentar al mundo.
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http://corazoneucaristicodejesus.blogspot.com/
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Me identifico con tu forma de pensar al respecto de la vocación sacerdotal. Tenemos que unirnos en la oración para que surjan vocaciones sacerdotales entre nuestra juventud y que estas no sean abortadas. Cuando tuve a mi hijo, que ahora tiene 4 años, fue lo primero que pensé: un sacerdote para luchar por el reino. Pero claro ese es solo mi deseo, Dios tendrá su historia personal con mi hijo. Mientras yo lo educo y le intento trasmitir la ilusión y la alegria que es estar unido al Señor. ¿Y quién sabe?
ResponderEliminarHola Capuchina comparto contigo esta oración por los sacerdotes, de Santa Teresita del Niño Jesús.
ResponderEliminarPara la reflexión el post.
Un beso, un abrazo y ¡Feliz Semana!
Oración por los sacerdotes
Santa Teresita del Niño Jesús
Oh Jesús!
Te ruego por tus fieles y fervorosos sacerdotes,
por tus sacerdotes tibios e infieles,
por tus sacerdotes que trabajan cerca o en lejanas misiones,
por tus sacerdotes que sufren tentación,
por tus sacerdotes que sufren soledad y desolación,
por tus jóvenes sacerdotes,
por tus sacerdotes ancianos,
por tus sacerdotes enfermos,
por tus sacerdotes agonizantes
por los que padecen en el purgatorio.
Pero sobre todo, te encomiendo a los sacerdotes que me son más
queridos,
al sacerdote que me bautizó,
al que me absolvió de mis pecados,
a los sacerdotes a cuyas Misas he asistido y que me dieron tu Cuerpo
y Sangre en la Sagrada Comunión,
a los sacerdotes que me enseñaron e instruyeron, me alentaron y
aconsejaron,
a todos los sacerdotes a quienes me liga una deuda de gratitud,
especialmente a...
¡Oh Jesús, guárdalos a todos junto a tu Corazón y concédeles
abundantes bendiciones en el tiempo y en la eternidad!
Amén
Muy buena tu entrada, hace reflexionar!
ResponderEliminarHacen mucha falta, hay que orar por ellos mucho. preciosa tu entrada. un abrazo
ResponderEliminarCreo que hay demasiados adultos y sobre todo jóvenes que no quieren saber nada de la iglesia y buscan por caminos muy diferentes. Por eso hay tan pocas vocaciones.
ResponderEliminarMuchas cosas deberían cambiar en la Iglesia y también en la forma en que vivimos.
Saludos cordiales.
Uno comprende también el dolor que causa verlos más lejos de Cristo que Judas y la enorme necesidad de la oración que les sostiene, poner en común los recursos que apoyen sus iniciativas,la familiaridad que los arrope, el respeto y la obediencia al pastor debidos y la compresión a su peculiar forma de ser, con sus rarezas y singularidades aparentes, tratar de comprender que la radicalidad del seguimiento y la lucha particular frente al mundo los hace dormir con un ojo abierto.Un abrazo.
ResponderEliminarCuanta verdad,cuanto necesitamos la Iglesia a los sacerdotes.No entiendo a las personas que te dicen,"yo creo en DIOS,en los curas no".Rosg,antes de cambiar la iglesia,cambiemos la forma de vida.
ResponderEliminarEste texto de Hugo Wast que publicas es un gran texto para reflexionar sobre la necesidad de nuevas y santas vocaciones que tiene el mundo. Mi oración siempre por ellos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy hermosa tu entrada, y urgente
ResponderEliminarEl problema está en el laicismo
que nos salpica a todos, y en las familias.Familias rotas.
Falta de tiempo para atender a los hijos, por que los dos trabajan. No se ora en familia,
como se hacia antes.se han perdido los valores. Una larga etc.
Oremos, oremos mucho por los sacerdotes, por las vocaciones. Estimúlemos a nuestros sacerdotes y veamos en ellos
a Dios mismo actuando.
Un abrazo.
en comunión de oraciones.
Buenas tardes capuchina. La paz y amor de Dios esté en toda tu
ResponderEliminarfamilia.
Me gustaria saber si sabes algo
de Lourdes.¿tal vez esté más
retirada?
Un abrazo muy fuerte.
Dios os bendiga.
Capuchino, este post tuyo me ha emocionado. Mi hijo tiene ya 3 años y medio de seminario y cada vez que hablo con él y escucho su entusiasmo y determinación, y pienso para mí "está en el camino correcto", siento mucha alegría en el corazón.
ResponderEliminarBesitos,
Profunda reflexión, digna de ser leida con la atención que se merece.
ResponderEliminarCada vez son más necesarias las vocaciones sacerdotales, para ayudar a recomponer este mundo que está descomponiéndose.
Saludos
Que busn trabajo, un texto claro y exponente del pensamiento Catolico, gracias.
ResponderEliminarIsabel
Es tan importante la labor del sacerdote. Más que eso, es esencial
ResponderEliminarSiempre agradecida a ellos por su primer sí, y por todos los que siguen cada día, en los buenos y malos momentos.
Espero no olvidarme nunca de rezar por ellos y colaborar en lo que necesiten
Y gracias a ti por recordarmelo
Suscribo este post.
ResponderEliminarLos sacerdotes y consagrad@s son una bendición de Dios. Un don maravilloso que debemos promover y reverenciar.
Muchas gracias por hacernos reflexionar sobre esto.
Un abrazote.
La ofrenda más aceptable por Dios mismo, proviene de un corazón agradecido y lleno de alegría. MIL gracias que Dios te bendiga muy unidas en oración y un abrazo
ResponderEliminarQuerida Lourdes, ¿qué ocurre con tu blog? ¿lo tienes estropeado, o estás de retiro espiritual, o estás enferma? Queremos saber de ti.
ResponderEliminarGuapa, un beso. Te esperamos. Nos acordamos mucho y te necesitamos.
¡ Mil, gracias!
ResponderEliminarYa sabemos que está retirada.
Rezaremos para que su unión con Cristo crezca muchisimoooooooo.
Yo, pronto tambien lo estaré,
Dios mediante.
La echo de menos.Nos queremos
mucho en el Señor.¿ verdad capuchina?
Buenas tardes-noches, como tu dices.
Bendiciones.!!!
Son esenciales en la vida de nosotros los cristianos, oremos por ellos.
ResponderEliminarGracias Capu.
¡Ejem! ¡Ejem! ¿vengo con cuchara ó tenedor?, con hambre siempre,con la de un cura.
ResponderEliminarTodo el que se mueve como empujado por Dios y por agradarle solo a Él, ya no prefiere una cosa a otra, sino que quiere conseguirla solamente si a Dios le agrada que la consiga, y en el modo y tiempo que a Él le agrade. Así que, tanto si la consigue como si no la consigue, se queda igualmente contento y en paz, pues de todas maneras alcanza su propósito y consigue su fin, que no es otro sino el de agradar a Dios.
ResponderEliminargracias, por tu delicadeza no estoy enferma y el blog estara cerrado por un tiempo pero estoy cerca de vosotros y también os extraño pero Dios tiene su momento mi oración por ti siempre que Dios te bendiga y gracias por lo que he recibido y sigo recibiendo de ti muy unidas en oración en esto momento no se como explicar Dios lo hara un abrazo muy fuerte
Queridísima Lourdes: Si ahora es darle y estar con el Señor adorándole y glorificándole para sentirte muy unida a Él, bendito sea. Que Él te acompañe, te ayude, te cubra con su gracia y te de todo su amor en estos momentos de oración que son tan importantes en estos día cercanos a su pasión.
ResponderEliminarSeguro que te acuerdas de nosotros, lo mismo que nosotros nos acordamos de ti, pero estamos rezando para que vengas roconfortada y renovada.
Reza por mí un poquitín por favor que quiero también estar muy unida en la oración.
Que el Señor te bendiga siempre.
Un besazo
Es muy cierto l0 que decís, todos necesitamos de un buen sacerdote, un buen hombre que nos guie.
ResponderEliminarClaro que hay otros que necesitan de nuestra oración, porque quien sabe porque tentación, siendo sacerdotes han cometido alguna falta. Entiendo que son hombres y como tales tienen sus debilidades.
Rezar por ellos y por las vocaciones.
holaaa
ResponderEliminarPidamos todos juntos que Dios siga enviando sacerdotes santos a su pueblo siempre atravez de la oración.
Dios te bendiga"!
besos