Ante
tanto como la colmaste,
mi
Señor, Mi Dios, mi Padre eterno,
ante
tantos dones y gracias que tú mismo regalaste,
ante
tanta fe, tan hermosa y tan estable,
ante
tanta esperanza segura y tan enorme,
ante
tanta caridad que me lleva a contemplarte...
Concédeme,
Señor, una fe sin titubeos, sin dudas, ni indecisiones,
como
la de María, como la que fue y sigue siendo tu Madre,
una
esperanza en espera,
una
caridad sin dudas, sin recelos, sin temores,
que
me lleve hacia Ti, hacia Ella...
hacia
la más pura, hacia la más blanca, sublime y bella
en
infinita presencia.
Hacia
nuestra Madre.
¡Inmaculada mía siempre!
+Capuchino de Silos
'
Feliz y santo día ante esta preciosidad que Dios nos dejó. Un abrazo
ResponderEliminar