sábado, 28 de enero de 2012

La flor


Había una joven muy rica que tenía de todo, un marido maravilloso, hijos perfectos, un empleo que le daba muchísimo bien, una familia unida. Lo extraño es que ella no conseguía conciliar todo eso, el trabajo y los quehaceres le ocupaban todo el tiempo y su vida siempre estaba descuidada en algún área.

Si el trabajo le consumía mucho tiempo, ella lo quitaba de los hijos, si surgían problemas, ella dejaba de lado al marido... Y así, las personas que ella amaba eran siempre dejadas para después. Hasta que un día su padre, un hombre muy sabio, le dio un regalo; una flor carísima y rarísima, de la cual sólo había un ejemplar en todo el mundo. Y le dijo: "Hija, esta flor te va a ayudar mucho, ¡más de lo que imaginas! tan sólo tendrás que regarla y podarla de vez en cuando, y a veces conversar un poco con ella, y ella te dará a cambio ese perfume maravilloso y esas maravillosas flores". La joven quedó muy emocionada, a fin de cuentas, la flor era de una belleza sin igual.

Pero el tiempo fue pasando, los problemas surgieron, el trabajo consumía todo su tiempo; y su vida que continuaba confusa, no le permitía cuidar de la flor. Ella llegaba a casa, miraba la flor y las flores todavía estaban allá, no mostraban señal de flaqueza o muerte, apenas estaban allá, lindas y perfumadas. Entonces ella pasaba de largo. Hasta que un día, sin más ni menos, la flor murió.

Ella llegó a casa y se llevó un susto, la flor estaba completamente muerta, su raíz estaba reseca, sus flores caídas y sus hojas amarillas. La joven lloró mucho y contó a su padre lo que había ocurrido. Su padre entonces respondió: "Yo ya me imaginaba que eso ocurriría, y no te puedo dar otra flor, porque no existe otra flor igual a esa, ella era única,... al igual que tus hijos, tu marido y tu familia". 



+&


'

15 comentarios:

  1. ¡Que liiindo!
    Muchas gracias..!
    Un abrazo fraterno

    ResponderEliminar
  2. Estimada hermana, gracias por este compartir, la belleza de una flor termina y se marchita pero la belleza interior de una persona es lo más hermoso, que Dios le conceda y le conserve esa belleza interior , Dios sea con usted.

    ResponderEliminar
  3. Siempre es lo mismo. Dejamos lo importante por lo urgente. Habrá que pensar en cambiar.
    Un abrazo en Cristo.

    ResponderEliminar
  4. que bueno el cuentecito y que profundidad.....si vieras lo mal que se me dan las flores....pero estaré mas atenta., si, estaré atenta a lo importante. Me ha encantado. un beso.

    ResponderEliminar
  5. Muy bonito Capuchino, aunque doloroso cuando una se ve tan reflejada en la historia. Quiero abarcar tanto, que... ya hemos leido la historia como acaba. Espero haberme quedado de verdad con laa moraleja.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Muchas flores hay hoy en día que necesitan de cuidados...
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  7. "La flor", que bonita enseñanza, hay que ponerla en practica, a veces dejamos lo importante y cuando nos damos cuenta es demasiado tarde.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  8. Nunca abandones lo urgente por lo baladí.
    Nunca el pétalo antes que el tallo.
    Nunca la moraleja antes que la enseñanza
    Muy buen cuento, 'Capuchino de Silos'
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  9. ¡Que fuerte!
    Me deja pensando muchas cosas.
    SL2!!

    ResponderEliminar
  10. Buenos días Capuchina. Si dejamos morir la fe ¿De qué sirve lo demás? todo acompaña pero sólo la fe nos cura de tantas posesiones, enfermedades y males. No dejemos que se marchite nuestra fe y perfumemos hasta los rincones por donde pasemos.Un abrazo.

    ResponderEliminar
  11. HOLA CAPUCHINA, QUE VERDAD LA QUE NOS PRESENTAS EN LA ENTRADA DE HOY!!
    HAY QUE AMAR Y VALORAR LO ESENCIAL Y LO VERDADERO ,Y AQUELLO QUE NOS DISTRAE Y NO ES IMPORTANTE PUEDE ESPERAR ,PERO LO QUE AMAMOS DEBEMOS CUIDARLO CON TODA NUESTRA ALMA.
    UN CARIÑO,BENDICIONES

    ResponderEliminar
  12. Estimada hermana, muchas gracias por su valiosa acercania, que Dios sea con usted.

    ResponderEliminar
  13. Es una reflexión maravillosa Capuchino de Silos, ¡cuántas veces dejamos de hacer aquello que creemos tener seguro... y como la flor, pueden que desaparezcan...!

    Sólo hay que escuchar al alma que nos habla desde el silencio, y todo se llena de luz, sin miedo a equivocarnos.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  14. Muy valioso! Que nos sirva de leccion a todos! Gracias.

    ResponderEliminar