martes, 17 de enero de 2012

Del taller de Miguel D'Ors



Con tu mirada tibia
alguien que no eres tú me está mirando: siento
confundido en el tuyo otro amor indecible.
Alguien me quiere en tus te quiero, alguien
acaricia mi vida con tus manos y pone
en cada beso tuyo su latido.
Alguien que está fuera del tiempo, siempre
detrás del invisible umbral del aire.

(Miguel D’Ors)

 

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14 comentarios:

  1. Es un pensamiento muy hermoso el que describes en tu post de hoy. El Señor detrás de cada muestra de amor y afecto que nos dan... Como usandonos a unos y a otros para que su Amor reine en nuestras vidas.
    Que así sea.
    Un abrazo.

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  2. Muy bello y muy real el poema.

    Respecto a la noche y la nada.
    La noche, decimos en la liturgia es tiempo de salvación. De noche contó Abraham un sin fin de estrellas, de noche el niño Samuel habló con Dios, de noche el Dios humanado se hizo visible, de noche fue la resurrección. Sí realemnte la noche es tiempo de salvación. Gracias por comentar.
    Un abrazo en Cristo.

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  3. Muy significativo este mensaje, Gracias por compartir, Un verdadero placer conocerte, y seguirte desde hoy. Saluditos y Bendiciones desde Puerto Rico

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  4. Alguien que es Amor puro....

    Un besito,

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  5. estimada hermana, gracias por ser un alma que busca a Dios, gracias por este compartir ese ser invicible para mi es DIOS que nos ama con amor eterno que cad detalle del dia me habla de ÉL; y cad acontecimento son esa caricias y eso abrazo que recibimos constantemente de ÉL Dios sea con usted y gracias por su apoyo.

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  6. Y en la mirada de ese Alguien que se adivina tras los ojos que nos miran descansa mi alma...
    Hermoso el texto.
    Un muy fuerte abrazo.

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  7. Buenos días Capuchina. ¡Qué importante es saber que es alguien y no algo! Un abrazo.

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  8. No es dificil adivinar quien es ese Alguien.

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  9. Que bonita entrada,gracias por compartirla.
    Un abrazo.

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  10. Sobrecogedor poema.
    Precioso.
    Gracias!!

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  11. Estimada hermana, gracias por su sed de Dios que ÉL la llene de su gracias, y le conserve siempre ese corazón generoso, Dios sea con usted.

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  12. Muchas gracias por escuchar mi voz.
    (Y te daría unas pocas más todavía si alineases los versos por la izquierda, como en el original, y no de esa forma caprichosa).
    De todos modos, gracias. Cuando vuelva a escuchar el "Requiem alemán" recordaré este blog.
    Queda con Dios.

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