Óleo sobre tabla: Capuchino de Silos
Un señor llamado Arquímedes, griego, de Siracusa, para más señas, era una persona sosegada y alegre. Le apasionaban las matemáticas, y como ingeniero que era, le entusiasmaba la geometría y realizaba exposiciones públicas con los aparatos y experiencias que construía.Se preguntaba cómo funcionaría una balanza, (así le nombró). Después de mucho estudiar pudo darla a conocer pues quería estar seguro de que el carnicero le entregara la cantidad exacta de carne que le pagaba y así, al mismo tiempo, comprobaba su honestidad.
La balanza que fue utilizando era una vara o palo de madera que tenía el punto de equilibrio en el centro de la misma y dejaba que quedara paralela a la horizontal. Luego jugaba agregando pesos a diferentes distancias para tratar de encontrar el equilibrio, es decir la posición inicial de la que había partido.
Mi Arquímedes Particular quiere que utilice ese tipo de balanza en mi vida y llene las dos partes de la balanza de amor, gozo, paz, fe, alegría, felicidad, verdad, justicia, esperanza, serenidad, paciencia, humildad, reconocimiento y enmienda de errores, sabiduría, bondad, benignidad, benevolencia, autodominio, productividad, empatía, generosidad, compasión, positivismo y mucho más, y tire toda la ira, intranquilidad, amargura, impaciencia, maldad, nocividad, envidia, celos, sensiblería, autocompasión, codicia, avaricia, arrogancia, culpa sin remordimiento, resentimiento, rencor, falsedades, mentiras, orgullo, negativismo y mucho más, para que la balanza permanezca en perfecto equilibrio.
+Capuchino de Silos
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Madre mía!!! Que difícil compensar la balanza!!! Lo intentaremos. Besos
ResponderEliminarhay Capuchino que bonito lo haces todo siempre. Gracias por esta entrada tan bonita.
ResponderEliminarUn abrazo guapa.
Cada día hay que intentarlo con verdadero ahinco.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que bien....el Señor se empeña en que carguemos asi la balanza de nuestro corazón y creeme a ves consigue tantas cosas.....me invitas Hoy a rezar con entrega Capuchino...sino como voy a tener ese equilibrio! un beso guapa....que animos me das.
ResponderEliminarQuerida amiga paso para dejarte mis mejores saludos porque iré a celebrar las próximas fiestas con mi familia y tal vez después no podré hacerlo.
ResponderEliminarHe dejado en “Luce nel cuore” programados muchas entradas con bellas reflexiones sobre este período, te invito a tenerlas en cuenta, sobre todo con mucha ilusión te invito a participar en la cadena de Navidad que propondré el 1º de diciembre.
Jesús nace cada día, se encarna en nuestra frágil y maravillosa humanidad y hace de la nuestra nada la morada del Amor. Vivamos con júbilo este acontecimiento también en tiempos difíciles.
Te deseo que descubras el significado más profundo de la Navidad, esperando que te regale paz, serenidad y anhelos de creer en una renovación. ¡Feliz Navidad! ¡Te abrazo!
Nos viene muy bien esta sabia balanza para recibir la Navidad más serenos y equilibrados.
ResponderEliminarEres una pintora extraordinaria, me gusta muchísimo tu cuadro.
Nos viene muy bien esta sabia balanza para recibir la Navidad más serenos y equilibrados.
ResponderEliminarEres una pintora extraordinaria, me gusta muchísimo tu cuadro.
Solo con la ayuda del Espíritu podremos hacerlo.
ResponderEliminar¡Gracias Capuchino!
Oremos unos por otros.
Un beso.Dios te bendiga.
Yo desearía que, en el momento de mi muerte, la balanza de Arquímedes detectara que mi cuerpo ha dejado de pesar, exactamente, 21 gramos menos.
ResponderEliminarEso significaría que 21 gramos de mí (= el peso del alma) habrían salido de mi ser para volver a su Creador.
Me conformo conque esos 21 gramos sean la diferencia entre el peso del amor entregado, menos el peso del amor negado.
Pequeño saldo deudor.
ROGUEMOS A NUESTRO SEÑOR QUE PODAMOS SER MAS BUENOS CADA DÍA COMENZANDO POR NOSOTROS MISMOS Y CADA UNO DESDE SU LUGAR DAR LO MEJOR DE SÍ.
ResponderEliminarQUE EL NIÑITO DIOS NOS TRAIGA LA FUERZA DE SU ESPÍRITU Y LA DERRAME EN NUESTROS CORAZONES.
GRACIAS POR LA REFLEXIÓN,HASTA PRONTO, BENDICIONES
Hola Capuchino, que entrada tan equilibrada, ójala pudiésemos todos los hombres hacer que la balanza de nuestros actos fuese así, entonces el mundo sería un paraiso.
ResponderEliminarMi cariño con un abrazo