...que están
siempre dentro de nosotros. Momentos que significan un algo mucho más que un
algo importante. Momentos que recogemos cuidadosamente en nuestro archivo
personal y que guardamos secretamente en lo más profundo de nuestra alma; ellos
nunca envejecen; viven, y de alguna manera, reforzamos su cuido en el mismo
instante que vuelven y se nos hacen presentes. Son esos pequeños-grandes momentos,
buenos, malos y regulares, que reconocemos sin ni siquiera haberle puesto nombre.
Con una sola palabra, una entonación de voz, una música, vienen y nos hacen
vivir otros tiempos que pasaron y que por sí mismos están ahí recogidos.
Vuelven, viviéndolos sin volverlos a vivir, pero, de otro modo, lo hacen.
Hoy miro hacia
atrás y me digo que he envejecido un año; pero las cosas importantes, las cosas
de Dios, no envejecen nunca. ¡Aquél momento tan especial, queda para Él y para
mí...! o ese otro momento que renuevo cada día poniendo el kilometraje a cero y
que me da la oportunidad de archivar, de volver a recordar... o de volver a empezar
como hace cada día la mañana que comienza.
+Capuchino de Silos
'