"Un río salía
de este lugar de delicias, para regar el paraíso, y desde allí se dividía en
cuatro brazos. El hombre es un lugar de delicias, donde Dios ha hecho brotar el
río de la razón y de la luz natural, para regar todo el paraíso de nuestro
corazón; y este río se divide en cuatro brazos, es decir, en cuatro corrientes,
según las cuatro regiones del alma.
1. Porque, en primer lugar, sobre el entendimiento, llamado práctico porque
discierne las acciones que conviene hacer u omitir, la luz natural derrama la
prudencia, que inclina a nuestro espíritu a juzgar rectamente acerca del mal
que debemos evitar y desechar, y cerca del bien que hemos de hacer y procurar.
2. En segundo lugar, sobre nuestra voluntad, hace que surja la justicia, la
cual no es otra cosa que un perpetuo y firme deseo de dar a cada uno lo que es
debido.
3. En tercer lugar, sobre el apetito concupiscible, hace que se deslice la
templanza, que modera las pasiones.
4. En cuarto lugar, sobre el apetito irascible o la cólera, hace flotar
la fortaleza, que refrena y modera todos los movimientos de la ira.
Estos cuatro ríos, así separados, se dividen después en muchos otros, para que
todas las acciones humanas puedan estar bien encaminadas hacia la honestidad y
hacia la felicidad natural"
Cómo siempre tus escritos, están llenos de luz, y son como caramelos para el alma... siempre que llego a tu espacio, me llevo una brizna de fe, y esperanza fortalecida.
ResponderEliminarGracias Capuchino de Silos, eres esa luz que aventa tinieblas y siembra paz.
Un abrazo con cariño.
Me costó un poco entender tu post, tuve que leerlo 2 veces. No es que no esté claro , quizás estoy un poco distraída. Brillante!!1
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