jueves, 5 de septiembre de 2013

El mar siempre conmigo



Ya mis ojos no miran ni se van al mar cuando me levanto. He llegado a la Sevilla de siempre con, todavía, espíritu de verano; pero ese mar inmenso y grandioso me lo he traído escondido en la retina con el mismo poder mágico.

Ya hoy amanece como mucho antes, con el mismo color vaporoso que oculta el azul más allá de las pequeñas nubes que diviso en mi ventana. 

Ya el amanecer no es tan fresco como aquel, pero sigue  
manteniendo el secreto del cambio de temple que tendrá a lo largo del día hasta que el mundo se vaya durmiendo. 

Ya lo guardo para mí, lo protejo celosamente en mi recuerdo  para que nadie pueda cambiarlo. Aquí, dentro, muy dentro, me lo vuelve a entregar como si no hubiese pasado el tiempo.

Ya me espera otro sol, otro color, otro secreto. 

Mientras, Él, mi Señor, mi Dios, me sigue esperando esté dónde esté. 

+Capuchino de Silos 


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5 comentarios:

  1. Ese mar te pertenece y nadie te lo podrá quitar ni hacer olvidar, como la presencia de Jesús en el alma!
    Un abrazo querida Capuchino, a mi también me enamora el mar...quisiera tenerlo cerquita...
    Juntas mañana en la oración por la paz del mundo!!!Bendiciones.

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  2. Que preciosidad de entrada Capu....me encanta saber que El siempre me está esperando ...y justo donde no me lo quisiera encontrar...pero ahí está con mas seguridad. un beso

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  3. Siempre,siempre me espera,me tiende la mano....cuantas veces no quiero enterarme.
    TOÑI

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  4. El mar es de las cosas más grandes que creó el Señor. Para mi, es paz, remanso y sobre todo inmensidad. Un abrazo amiga.

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  5. soy mas de montaña, pero reconozco que el mar, siempre me habla de Dios de una forma especial. Inmensidad, calma, tormenta,frescura, belleza... tantas cosas...
    Un beso

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