En una ocasión un joven tuvo el
deseo de subir a la cumbre de una montaña pues pensaba que ahí podría ver el
rostro del Señor.
Preparó todo lo necesario, y un día al amanecer empezó su gran aventura; al
llegar a las faldas de la inmensa montaña se topó con un anciano que vivía en
una pequeña y vieja cabaña; éste al verlo le preguntó: “¿dónde te diriges con
tanta prisa y entusiasmo?”.
El joven contestó: “A la cumbre de ésta montaña, pues en ella espero ver el
rostro del Señor”.
El anciano le dijo: “Por qué no te quedas un momento conmigo y me ayudas a
reparar mi cabaña pues se está cayendo y cómo ves yo ya soy muy viejo y no
puedo solo, y al terminar reanudas tu aventura”.
El joven contestó: “Disculpe, anciano, pero no puedo, se me hace tarde, pero al
bajar con gusto le ayudaré”.
Después de un par de horas el joven llegó a la cumbre de la montaña, y con gran
ánimo gritó: “Señor, ¿dónde estás? ¿quiero verte? ¿dónde estás?”, una y mil
veces repitió las mismas preguntas pero no hubo respuesta alguna. El joven al
ver su fracaso se retiró del lugar tristemente.
En su camino de regreso pasó de nuevo junto a la cabaña, que estaba
completamente deshecha y el anciano ya no se encontraba en ella. Él sin darle
mucha importancia, continuó su camino.
Al poco rato, encontró una iglesia y decidió entrar en ella y dialogar lo
sucedido con el Señor. Ya frente al Sagrario exclamó: “Señor, esta mañana he
buscado tu rostro y no lo encontré”. Y el Señor contestó: “Hoy, yo también te
pedí ayuda...y no la encontré”
Marcelo Bravo
+&
WOOOOOOOOW!!
ResponderEliminarPreciosa lección!
Que pueda ver al Señor!!
GRACIAS!!
Una bella historia, encontramos a Cristo todos los dias en alguien, y pido tener esa mirada para verlo en todo y en todos. un abrazo
ResponderEliminarQue verdad ....tenemos que estar atentos a verlo...a veces en los silencios del que tenemos al lado...y otras veces en nuestro interior, bien adentro nuestro diciendonos que no tengamos miedo y que confiemos.....aunque parezca que no hacemos nada El se hace presente cuando no podemos hacer Nada.....entonces actua.
ResponderEliminarHOLA CAPUCHINO,QUE DISTRAÍDOS ANDAMOS A VECES POR LOS CAMINOS DE LA VIDA,NO VEMOS A CRISTO EN LOS HERMANOS , SOLO NOS MIRAMOS A NOSOTROS MISMOS!
ResponderEliminarTENGAS UNA BENDECIDA SEMANA, HASTA PRONTO
En las prqueñas cosas, en lo cotidiano, ahi esta Dios
ResponderEliminarBuena semana
Llevo tiempo, practicando algo en mi trabajo. No lo consigo la mayoría de veces, pero me conformo si alguna vez , lo logro. Cada vez que veo a una persona dirigirse a mi, digo : Señor que sepa verte en quien se acerca , pero hay que ver lo fácil que me distraigo y no sé verlo.
ResponderEliminarUn abrazo
¿Que decir? Solo que es larguísimo camino a la santidad.
ResponderEliminarGracias Capuchino por la enseñanza.
Un abrazo
¡Qué buena! ¡Y cuántas veces tropiezo en el mismo error!
ResponderEliminarBuenisima historia para que reflexionemos en como buscamos y si en verdad nos estamos dejando hacer por Dios o por nuestra voluntad.
ResponderEliminarGracias Capuchino. Hoy Dios me esta bendiciendo el dia con las entradas que voy encontrando en los blogs amigos.
Un abrazo.
Buenas tardes Capuchina. Una reflexión oportuna para aprender a saber ver, un poquillo como los de Emaús ¿No?.Un abrazo.
ResponderEliminarQue bella historia, estamos a veces tan distraídos, que no vemos a Jesús en las personas que están cerca nuestra.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Capuchino ♥ paz y bien !!!
ResponderEliminarGracias por compartir y por estar !!
es bellisimo tu post !!
pasè para dejarte un deseo que tengas un dìa muy feliz del Amor y de la Amistad *
Un abrazo de todo corazòn !!!
La Paz buena hermana ♥ ☼ ♥ *
Estimada hermana, sólo gracias no se que decir ante hermosa reflexión, solo la he copiado para pasar esta tarde en meditación con este compartir que ayuda, a darte cuenta ¿cuantas veces dejas a Dios pasar en tu vida? y comó te extiende la mano cada dia y en tcada momento mil gracias DIOS ESTÉ CON USTED:
ResponderEliminarBuenísima lectura.
ResponderEliminarYo pienso que una de las esperiencias mayores en esta vida es cuando entiendes que ves el rostro de Jesús en los demás. Entonces puedes hacerle compañía. Si está contento sonríes, si está triste, estás triste con Él, si necesita ayuda se la ofreces.
Es verdad que después, como somos así de desastres, algunas veces se nos olvida.
Preguntaba: ¿Y cuando te dimos de comer, o de beber o te vestimos?, y respondia cuando con uno de estos lo hicisteis, conmigo la haciais.....
ResponderEliminarUn abrazo