sábado, 15 de mayo de 2010

Los escaparates de María


Nova Roma fue una pastelería-cafetería de Sevilla del, desprovisto de toda belleza, barrio de Los Remedios, dónde viví desde los seis o siete años hasta que me casé. En sus buenos tiempos, hacía las delicias de todos y se abarrotaba de señoras oliendo a chocolate en aquellos salones tapizados de madera con estrellitas doradas, y de señores a licor o café en mostradores de cristal, que hacían de vitrinas, atiborradas de deliciosa y apetitosa pastelería. Todos los lados y ángulos de las vitrinas, estaban revestidos de metal dorado (un “lujo” feísimo de la época), como los escaparates, a ambos lados de la puerta, a la calle Asunción, dónde se podía leer en letras, del mismo metal: Nova Roma

En la puerta de esa pastelería-cafetería, había una parada de taxis, una gitana que se iba a su casa en uno de ellos cada día, (eso decían los empleados de la cafetería), y un perro negro que dormía bajo las estrellas, de un aspecto de abandono espantoso, limosneando y vagabundeando igual que la gitana. Ninguno de los dos faltaba a su cita cada mañana.


Mi amiga María, que es decoradora, tenía enfrente de la confitería una preciosa tienda de decoración. El lugar de la tienda no podía ser mejor y además, tanto ella, como yo, viviendo en aquella época en Los Remedios, podíamos vernos casi todos los días a tomar café, a desayunar o tomarnos una cerveza en Nova Roma.


Un día de tantos, me pidió que la acompañase a un anticuario pues quería cambiar el escaparate central de la tienda que comprendía dos grandes ventanales haciendo esquina. La acompañé, y entre ella y yo, escogimos todo lo que nos iba hacer falta para decorar el dormitorio que posteriormente iría en ese escaparate. Colcha y dosel y cortinas de encajes, cajitas de cristal, joyero, cuadros, alfombras, portarretratos, lámparas. Objetos de decoración de todo tipo, de una calidad extrema y de muchísimo valor.

Era un sábado por la mañana, cuando por fin terminamos la tarea de la decoración del escaparate que quedó de auténtico dulce con las cortinas y la cama con dosel y colcha de delicadísimo encaje de Bruselas. Encontramos hasta una pequeñita mecedora antiquísima con cojín de brocados en tonos melocotón desvaídos que iba que ni al pelo y que entonaba con las suaves y primorosas alfombras gastadas por los años de pequeñas pinceladas color oro. Los cuadros y abaniqueras, lámparas y demás detalles, quedaron amorosamente colocados y nosotras felices con aquél romántico y lujosísimo espacio.


Fuimos a celebrar nuestra victoria a Nova Roma y al entrar, se nos acercó el mugriento y hambriento perro que nos miró con cara de súplica hambrienta y de apariencia y aspecto nada recomendable. Nos miramos mutuamente y sin articular palabra alguna, fuimos a comprarle dos latas de comidas que devoró en el acto en el cuarto de baño de la tienda. Lo sacamos de allí como pudimos, pero el animalito no se separaba de nosotras siguiéndonos a todos lados en señal de gratitud.


Nos olvidamos de él, se cerró la tienda a la una y media, hasta que el lunes, llegando María a la hora de abrir, no dio crédito a lo que sus ojos veían. Nunca los escaparates habían estado tan llenos de gente y pensó en el éxito que la decoración había tenido. Pero su sorpresa fue otra: el perro, mugriento y sucísimo, estaba a sus anchas durmiendo plácidamente en aquella cama con dosel, rodeado de encajes de Bruselas, con la barriga llena, dejando en la cama toda la suciedad que su cuerpo portaba y ajeno a lo que ocurría en el exterior.


María lo prohijó.



+Capuchino de Silos


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23 comentarios:

  1. Muy bien hecho por Maria!!
    Ya sabemos que el mejor amigo del hombre es el perro...
    Un saludo.
    Ana

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  2. Qué buena historia! me has inspirado para contarte una que subiré pronto, espero.
    Un beso

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  3. Que hermosa historia!!! yo tengo gato pero amo los pichichos, por lo tanto me ha emocionado la historia


    Besito y buena semana

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  4. Muy buen relato. Es interesante , está muy bien escrito y tiene un desenlace sorprendente.
    Saludos

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  5. Ja ja ja ¡Que menos! el perro demostró ser un autentico crack del marketing.
    Tiene un final feliz y como ya han dicho lo has narrado impecablemente, envidiablemente diría yo.
    Un abrazo

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  6. ¡Un final precioso!

    En esta historia el mejor amigo del perro resultó ser tu amiga María, ¡bravo por ella!

    Un abrazo muy cordial.

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  7. Que buena persona Maria,despues de el desastre(nada de problemas),se queda con el perro.

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  8. Ana, me encanta tu anónimo.
    Creo que eres hermana o prima de Toñi ¿no?

    Me alegra conocerte virtualmente.

    Un beso

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  9. AléMamá. Gracias.
    Espero leer tu historia.

    Un fuerte abrazo

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  10. Alma.
    Me alegro que te haya gustado la historia.
    A mí también me gustan los gatos.

    Muchas gracias y un besazo

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  11. Albert.
    Muchas gracias por tus halagos.Eres muy amable.

    Un abrazo

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  12. Man, el perro fue el que más publicitó el escaparate.

    Me alegra verte por aquí. A quien no veo es a Luis.

    Unos fuertes abrazos a repartir

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  13. Andy.
    Mi amiga María no es mala persona. Que no se entere que se va a poner más ancha que larga.

    Un fuerte abrazo

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  14. Toñi.
    Me acuerdo mucho de ti. ¿Estás mejor? También me acuerdo de Luci todos los días.
    Me alegro verte de nuevo. Te extrañaba.

    Un montón de besos y a cuidarse.

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  15. Qerida amiga, preciosa historia, me encanto y emociono.Felicidades.
    Un gran abrazo Isthar

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  16. Querida Isthar. ¡Qué alegría verte por estos lugares! y qué preciosos los reportajes que pones en tu blog.

    Muchas gracias por tus palabras y por venir.

    Un besazo

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  17. Me encantan esas historias personales tan propias de la vida de cada uno.

    En la casa de la playa que era de mis abuelos, yo salía a caminar todos los días junto con una tía abuela ..... siempre volvía con un quiltro de la calle a " cuestas" podían pasar días o quizás más de una semana ( o todo el veraneo) sin que el perro se fuera de la reja de la casa en donde me esperaba.
    Uno de ellos cuando veía que salía a pasear , me seguía muy contento moviendo la cola ... quizás le gustaba deambular tanto como a mí en medio de los roqueríos.

    PD: Una grata sorpresa encontarme con este blog. maría.

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  18. María: Te llamas como la protagonista de la historia. Por lo visto a ti también te gustan los perros. A mí me encantan, y los gatos.

    Algún día contaré una historia preciosa de perros y gatos que te gustará.

    Muchas gracias por tu visita y por tu halago. Ven cuando quieras.

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  19. Como diría mi abuela ¡algunos animalitos parece que tienen conocimiento! _y el perro de la historia supo hacerse querer por buena gente :)
    Yo de pequeña era amiga de otro perro callejero_también en un lugar de veraneo, como cuenta maria_ El perrillo me quería mucho, porque le daba azucarillos y trozos de galletas... pero no me dejaron adoptarle! pena!

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  20. Esperanza:Cuando tengas un perro,por mucho que les guste, nunca le des ni galletas ni azúcar porque le produce ceguera. Me imagino que el tuyo no le pasaría nada porque tampoco sería por mucho tiempo.
    Qué pena que no te dejaran tenerlo ¿no? Este de la historia, Chucho creo que se llamaba, tenía hasta un tumor en el lomo que se lo operó un amigo. Encontró una buena cuidadora.

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  21. pues no le pasó nada, porque era perro "de veraneo" y tenía cuidador en la finca y todo eso... pero tomo nota de lo del azúcar (al fin y al cabo, para los seres humanos tampoco el azúcar debería ser dieta única, pero cuando se tienen 5 años, pues casi casi :)

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  22. Esperanza, hablando de azúcar me acabo de tomar un ponche para subirme el azúcar que de vez en cuando se me baja. No la tomo jamás. No me gusta.

    Me alegro que no le pasase nada. Los callejeros son perro muy fuertes.

    Me encantaría conocerte. Besos

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  23. Si,amiga virtual, como bien dices soy hermana de Toñy.
    Aqui me tienes para lo que necesites.
    Un beso.
    Ana

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