"Quiero, como San Pedro, decirle al Señor: “qué bien se está aquí”
Llego, como cada día, al sagrario bien temprano y me encuentro en el mejor lugar que existe; en el más dulce y sosegado lugar dispuesta a percibir, a inundarme y respirar del mejor aroma, aquel que es inconfundible como el mejor jardín de flores; dibujo en mi pensamiento aquella escena de San Pedro tantas veces meditada y soñada. Sueño con la escena; me gusta meditarla y me gusta decirle al Señor la misma frase cuando llego"
Llego, como cada día, al sagrario bien temprano y me encuentro en el mejor lugar que existe; en el más dulce y sosegado lugar dispuesta a percibir, a inundarme y respirar del mejor aroma, aquel que es inconfundible como el mejor jardín de flores; dibujo en mi pensamiento aquella escena de San Pedro tantas veces meditada y soñada. Sueño con la escena; me gusta meditarla y me gusta decirle al Señor la misma frase cuando llego"
Eso lo sentía y lo deseaba cada día delante del Señor. Él, mejor que nadie lo sabe. Lo ha sabido siempre.
Los demás pensaban otra cuestión más penosa y mucho más dolorosa para mí.
Me lo decía con dolor y lágrimas en los ojos. El día antes de San José, confesaba después de tanto tiempo y se llenaba de la felicidad que deja el Sacramento y el Amor de Cristo.
-Nuestro Dios y Señor juzgará a cada cual, le dije.
-Nuestro Dios y Señor juzgará a cada cual, le dije.
+Capuchino de Silos