Sigue el tiempo precioso aunque con unos graditos menos y se me ha pasado el
susto de ayer después de la caída que sufrí mientras el sol seguía brillando ausente del daño que me había hecho.
Me había servido de mucho; todo tiene sentido, pensé. Y es que apartaba por un largo rato de mi
imaginación tanto ruido absurdo e innecesario y quedaba mi alma silenciosa; con
ese silencio que durante un largo tiempo recogía sólo alguna que otra queja que
sufría mi cuerpo dolorido por diferentes partes y lo entregaba más allá. Mucho
más allá.
Me vi sumergida en ese mundo que coloreo los días
haciendo sin hacer nada y me cuento algunas intimidades que ni yo misma sabía que
en algún rincón de mi estaban ocultas.
Me senté en el jardín embadurnado de colores adormecidos a solas con mis pensamientos y los compartía
sin palabras con aquel que sabía me escuchaba. Requería susurrarle en esa voz más
baja que aquellos pensamientos y que iban apareciendo completamente nuevos para mí.
¡Cuánto dulzor, cuánta delicadeza, cuánta delicia! Las
molestias se iban, se dispersaban...
+Capuchino
de Silos
'
Bellos pensamientos, es muy conveniente en ocasiones estar solo y atentos a nuestro susurro interior, podemos encontrar respuestas sorprendentes.
ResponderEliminarBuen reposo!
Feliz inicio de semana con paz y tranquilidad.
Espero que la caída no haya sido nada. Como se puede sacar tan buen partido de un accidente. Dios te conserve ese espiritu
ResponderEliminar