Cuando de rodillas me puse ante Él delante del sagrario
me desbordaba en gozo y alegría. Tenía relación con el gozo y la alegría de la
Pascua vivida y sentida anteriormente.
Me había rescatado del pecado, de la muerte eterna; me
había dado la Vida y me había resucitado con Él. Me llevaba de la mano una vez
más. En realidad nunca me había soltado. Siempre lo noto a mi lado. Solo de
pensarlo y desearlo, me conmovía, me emocionaba el gozo, la felicidad y me
envolvía la dulzura que Él me entrega cuando voy a verlo.
Sólo una única condición basta para seguir viviendo en esa
continua paz y felicidad: no dejar que nada ni nadie me pueda separar de Él. Y
es verdad; mi corazón siempre que lo busca se inunda de alegría porque su
mirada me traspasa el alma llena de amor infinito.
Conforme lo iba meditando, la tristeza de días anteriores a
la Pascua de Resurrección, había desaparecido convirtiéndose en plena dicha
espiritual. Me sentía comprendida, mimada y muy querida por el Padre más
maravilloso y dulce que jamás pude soñar tener.
Mi rato de rodillas seguía plácidamente en actitud más
que confiada.
Una vez más había vuelto a necesitarlo, pero Él estaba allí
esperándome con la misma sonrisa y amorosa mirada, y una paciencia y amor
infinito de Padre misericordioso. Me esperaba en un delicioso y dulce silencio sabiendo
que mi forma de estar era una manera ferviente y sencilla de agradecerle los
numerosos bienes que me hace cada día.
Así, sin más, de manera sencilla y natural, recibía su
cálido y entrañable amor que me ofrecía calladamente mientras me hallaba
delante de Él.
Un día más me sentí amada, muy amada.
Estimada hermana, ante de todo mil gracias por su fraterno saludo de Pascua, reciba mi abrazo fraterno de hermano,hermosa oración que nos comparte hoy, gracia por su profundida de compartir ese encuentro con Él a sólas en el sagrario, muchas veces cuando se está de rodillas delante de Él son momento que yo no deseo que terminen,hay momento intimos con el Señor que no deberián terminar,gracias por ser un alma de oración humilde y sencilla, hoy el evangelio nos habla de una MUJERES que fuerón al sepulcro y Jesús le sale al encuentro y son las mujeres las primeras en anunciar su resurreción que el Jesús resucitado derrame su espíritu sobre usted y sea testigo de suamor y su presencia en medio de todos aquellos que se acercan a usted.
ResponderEliminar♥Capuchina me identifico con tu post, aunque muchas veces no sé encontrar las palabras, como tú lo hiciste, para describir lo feliz que me hace sentirme tan amada por Dios.
ResponderEliminarPreciosa la imágen que publicaste. Mucha paz. Mucho amor.
Te quiero amiga.
Te leo y no puedo quitar la sonrisa de mi cara. Que felicidad sentir la Resurrección de Cristo en unión a los herman@s.
ResponderEliminarBesos guapisima.
Me alegro muchísimo de este dulce silencio
ResponderEliminarOtra vez, muy feliz pascua
Bss
Me llega un gran perfume de azahar en este blog; junto al texto que nos propones para reflexionar, hace que la alegría Pascual muestre su belleza ,en todo lo que veo. Muhas gracias.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Muchas gracias Capuchino por compartir tu intimidad con el
ResponderEliminarSeñor.
Solo se sienten amados los que
se dejan amar por el Amor...
Las almas de oración como eres tu.
Un beso muy fuerte.
Me encomiendo a tus oraciones.
Es tan... como lo cuentas...
ResponderEliminarGracias por compartir ese dulce silencio.
Un abrazo.
Dios te bendiga.
QUE VIVAMOS ESTA PASCUA EN ESE CORAZÓN MISERICORDIOSO QUE SIEMPRE NOS ESPERA Y SONRÍE AL VERNOS.
ResponderEliminarTENGAS UNA SEMANA BENDECIDA CAPUCHINO
"Dulce silencio" que bonita entrada, gracias por compartir este encuentro con Jesús.
ResponderEliminarDios te bendiga.
Un abrazo.