sábado, 29 de enero de 2011

Carta de un sacerdote católico al New York Times


Querido hermano y hermana periodista:

Soy un simple sacerdote católico. Me siento feliz y orgulloso de mi vocación. Hace veinte años que vivo en Angola como misionero.

Me da un gran dolor por el profundo mal que personas, que deberían de ser señales del amor de Dios, sean un puñal en la vida de inocentes. No hay palabra que justifique tales actos. No hay duda que la Iglesia no puede estar, sino del lado de los débiles, de los más indefensos. Por lo tanto todas las medidas que sean tomadas para la protección, prevención de la dignidad de los niños será siempre una prioridad absoluta.


Veo en muchos medios de información, sobre todo en vuestro periódico la ampliación del tema en forma morbosa, investigando en detalles la vida de algún sacerdote pedófilo. Así aparece uno de una ciudad de USA, de la década del 70, otro en Australia de los años 80 y así de frente, otros casos recientes… Ciertamente todo condenable! Se ven algunas presentaciones periodísticas ponderadas y equilibradas, otras amplificadas, llenas de preconceptos y hasta odio.


¡Es curiosa la poca noticia y desinterés por miles y miles de sacerdotes que se consumen por millones de niños, por los adolescentes y los más desfavorecidos en los cuatro ángulos del mundo! Pienso que a vuestro medio de información no le interesa que yo haya tenido que transportar, por caminos minados en el año 2002, a muchos niños desnutridos desde Cangumbe a Lwena (Angola), pues ni el gobierno se disponía y las ONG’s no estaban autorizadas; que haya tenido que enterrar decenas de pequeños fallecidos entre los desplazados de guerra y los que han retornado; que le hayamos salvado la vida a miles de personas en México mediante el único puesto médico en 90.000 km2, así como con la distribución de alimentos y semillas; que hayamos dado la oportunidad de educación en estos 10 años y escuelas a más de 110.000 niños...


No es de interés que con otros sacerdotes hayamos tenido que socorrer la crisis humanitaria de cerca de 15.000 personas en los acuartelamientos de la guerrilla, después de su rendición, porque no llegaban los alimentos del Gobierno y la ONU. No es noticia que un sacerdote de 75 años, el P. Roberto, por las noches recorra las ciudad de Luanda curando a los chicos de la calle, llevándolos a una casa de acogida, para que se desintoxiquen de la gasolina, que alfabeticen cientos de presos; que otros sacerdotes, como P. Stefano, tengan casas de pasaje para los chicos que son golpeados, maltratados y hasta violentados y buscan un refugio.


Tampoco que Fray Maiato con sus 80 años, pase casa por casa confortando los enfermos y desesperados. No es noticia que más de 60.000 de los 400.000 sacerdotes, y religiosos hayan dejado su tierra y su familia para servir a sus hermanos en una leprosería, en hospitales, campos de refugiados, orfanatos para niños acusados de hechiceros o huérfanos de padres que fallecieron con Sida, en escuelas para los más pobres, en centros de formación profesional, en centros de atención a cero positivos… o sobretodo, en parroquias y misiones dando motivaciones a la gente para vivir y amar.


No es noticia que mi amigo, el P. Marcos Aurelio, por salvar a unos jóvenes durante la guerra en Angola, los haya transportado de Kalulo a Dondo y volviendo a su misión haya sido ametrallado en el camino; que el hermano Francisco, con cinco señoras catequistas, por ir a ayudar a las áreas rurales más recónditas hayan muerto en un accidente en la calle; que decenas de misioneros en Angola hayan muerto por falta de socorro sanitario, por una simple malaria; que otros hayan saltado por los aires, a causa de una mina, visitando a su gente. En el cementerio de Kalulo están las tumbas de los primeros sacerdotes que llegaron a la región…Ninguno pasa los 40 años.
No es noticia acompañar la vida de un Sacerdote “normal” en su día a día, en sus dificultades y alegrías consumiendo sin ruido su vida a favor de la comunidad que sirve.


La verdad es que no procuramos ser noticia, sino simplemente llevar la Buena Noticia, esa noticia que sin ruido comenzó en la noche de Pascua. Hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece.

No pretendo hacer una apología de la Iglesia y de los sacerdotes. El sacerdote no es ni un héroe ni un neurótico. Es un simple hombre, que con su humanidad busca seguir a Jesús y servir sus hermanos. Hay miserias, pobrezas y fragilidades como en cada ser humano; y también belleza y bondad como en cada criatura…


Insistir en forma obsesionada y persecutoria en un tema perdiendo la visión de conjunto crea verdaderamente caricaturas ofensivas del sacerdocio católico en la cual me siento ofendido.


Sólo le pido amigo periodista, busque la Verdad, el Bien y la Belleza.


Eso lo hará noble en su profesión.


En Cristo,


P. Martín Lasarte sdb

&.

http://corazoneucaristicodejesus.blogspot.com/

16 comentarios:

  1. cAPUCHINO....es que llevar la Buena Notocia siempre llevará persecuciones, y esto es el signo de que El está con nosotros....La Perfeccion es seguirlo a El en nuestras debilidades y esto al mundo no le gusta, pero es perfecto para que El se llene de Gloria. Rezaré por este sacerdote, les tengo a todos un amor especial...

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  2. Conocía la carta pero siempre merece la pena volver a leerla porque es cierto, quien quiere hacer mal solo se fija en lo negativo y lo engrandece hasta limites insospechados sin embargo ¡cuanto bueno hay que se silencia!
    Gracias Capuchino.
    Un abrazo.

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  3. SOBERBIO. No hace falta decir más. Muchas gracias por ponerlo Capu ¡. Un beso ¡¡¡¡

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  4. Precioso testimonio.
    Y además que salga en defensa, porque es verdad, lo que hace de bueno la Iglesia, no se publica, pero una cosa mala, hasta se anuncia por bocina.
    Gracias.

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  5. Buenas noches Capuchino. Magnífica y edificante entrada. Que tengas un Feliz Día de la Paz.Besos.
    PAZ Y BIEN.

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  6. Capuchino gracias por traer esta carta, que Dios te bendiga, un abrazo

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  7. Gracias por este compartir sabe eso pasa en toda nuestra vida siempre estamos viendo lo malo de los otros o lo malo que nos van las cosa hemos de aprender a ser buena noticia a ser portadores de esperanzas a sacar de las coas negativa algo bueno y me uno a gosspi pedir por los sacerdote mucho muy unidas en oración y un abrazo

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  8. Tendrían que bombardear todos los periódicos con el testimonio de muchos sacerdotes, seguro que ni se lo creen. Piensan que unos poquitos son los que hacen cosas buenas.
    Siempre es reconfortante leer las cosas buenas varias veces. Siempre se aprende algo nuevo.
    Un beso y mi oración.
    off topic: cada vez que oigo una pieza al piano, me acuerdo de tí.

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  9. La carta es para leerla y releerla,cuanta vardad,que gran persecucion hacia la Iglesia.Como los catolicos tenemos que rezar junto al PAPA,y defender todo lo que durante siglos lleva haciendo la Iglesia.Un abrazo.

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  10. Gracias Capu por compartir con nosotr@s este testimonio. No lo había leído.
    Un besazo.
    Dios te bendiga

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  11. Hola Capuchina, no pide poco, buscar la Verdad el Bien y la Belleza. ¡Ojalá los encontremos un día!

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  12. Da gusto, ¿verdad? oir las verdades. De otra forma estas cartas no tendrían tanta publicidad (los medios apenas se la dan). En cambio, estamos deseosos de oir testimonios como este.

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  13. gracias a ti por su cercania por todo lo que nos regalo en su compartir y a Dios por permitir wue esto sea posible muy unidas en oración y un abrazo

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  14. Para mí todos los sacerdotes son héroes. Me parece muy necesario que ayudemos a transmitir la verdad y la bondad de la gran obra de la Iglesia, que tan bien expresa esta carta. Tengo confianza en que la mayor parte de la sociedad no se deje confundir por esos periodistas arbitrarios.

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  15. Esa actitud de los sacerdotes y los misioneros es algo que siempre romperá los esquemas humanos y es inalcanzable para los no llamados.

    La llamada de Dios, la vocación, debe ser tan fuerte y tan poderosa que hace que una persona como tú o como yo haya tomado una opción de vida que humanamente no otorga ningún brillo personal pero que brillan en el mundo con luz propia mucho más que cualquier otra.
    Un abrazo

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