sábado, 24 de julio de 2010
La parroquia de mi barrio
¿Es esta una iglesia ibicenca? ¿Una iglesia conejera? Pues no. Ni se encuentra en Ibiza ni en Lanzarote. No, no, es una iglesia de Sevilla. Es la iglesia de mi barrio. La parroquia que me corresponde y que se encuentra a cincuenta pasos de donde vivo. Si salgo de casa a la izquierda y giro la primera calle que me encuentro a la derecha, ya estoy en ella. Más cerquita imposible, ¿no?
Pues bien: allí no se me ocurre ir ni en broma porque en esa Iglesia me pongo de los mismos nervios nada más entrar. He asistido solo a varios desgraciados funerales, y varias Misas con guitarreo; y a mí la guitarra, me encanta, pero en la feria. En las iglesias lo que apetece oír es música sacra, que cualquier compositor, por desconocido que sea, ha escrito.
Esto que digo, y lo que posteriormente diré, se lo tendría que decir al párroco personalmente, pero la pena es que lo han destinado a un pueblo de no sé qué lugar de España hace unos días, y no lo he podido hacer en persona como me hubiese gustado. Le haré llegar el enlace y ponerlo en su conocimiento. Desde luego que lo haré.
Yo voy a otra parroquia, que no me pertenece, pero que considero tan mía, tan mía, como si lo fuese, y en ella me encuentro además, de mil amores como tantas y tantas personas más, que por la misma razón que yo, asisten, y que tampoco pertenecen a ella. Algunas, vienen de bastante lejos. Tendrán, como yo, sus razones.
Esta iglesia, la de San Francisco Javier, la que considero mía, es una iglesia normal, sin pretensiones, pero es una iglesia, donde para empezar, la música es sacra. La capilla sacramental es muy humilde, pero es toda una capilla, y el cura es lo que tiene que ser un cura. Un cura como Dios manda y que cada día hace que los fieles se puedan enamorar de Cristo. Verbigracia: lo que le ocurrió a mi amiga María, (ver etiqueta Santo Padre).
En la parroquia de mi barrio, que no considero mía para nada, la capilla sacramental parece una horrenda discoteca donde el frontal se ha llenado íntegramente de espejos inútiles y feísimos que tienen la facultad de distraer al que allí se encuentra, porque desde ellos estás viendo continuamente, al que entra y al que sale; por lo que es completamente imposible conseguir recogimiento por más que uno quiera. El montaje de tal adefesio ha debido costar un dineral que se podría haber destinado a necesidades más útiles. Allí están todos los feísimos espejitos, llenando una media pared de medio punto, que tampoco se le ve el sentido y sí, el costo. En el centro de este esperpéntico escaparate, se encuentra un preciosísimo Sagrario de plata barroco, que desdice del resto y que clama a voz en grito que lo quiten de ese berrendo lugar donde está, porque ni pega, ni llega, ni ná, ni ná.
Pero lo peor de todo, no es eso, no. Lo peor, lo más grave del caso, es que en el altar solo hay un cojín blanco donde reposa el Misal y dos velas, pero no un crucifijo, porque el cura no lo ve necesario. Se lo han preguntado, porque me consta, y no quiere ponerlo. Eso, señor cura, me parece un auténtico disparate. Y eso sin contar como “celebra” la Santa Misa.
Y yo le pregunto a este señor que no tengo el gusto de conocer: ¿Es que en Sevilla no hay atriles? ¿Es que usted no sabe lo que significa la cruz en el altar para celebrar la Santa Misa?
Mire, le recuerdo que en la comunión lo que recibimos es nada más y nada menos que el cuerpo de Cristo. Sabe por qué lo digo, ¿verdad?
La última vez que asistí a “su Misa" prometí que sería la última, como así ha sido.
+C
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Si que parece ibicenca, sí. Pero lo que me llama la atención es lo de los espejos de la capilla sacramental...¿a quién se le ocurre? No conozco una iglesia o parroquia, por muy progre que sea que se haya atrevido a tal absurdo, teniendo en cuenta la finalidad del lugar, que es el recogimiento para la oración y la adoración...
ResponderEliminarCon el resto de tu post me identifico totalmente. He vivido en tres ciudades y en todas he sido desplazada parroquial por decisión propia. De mi ciudad natal fue mi padre el que decidió que no se volvía a nuestra parroqua (jesuitas) y yo no he vuelto ni por error ¡qué de videos de "originalidades litúrgicas" se ha perdido el you tube!. En otra ciudad emigré de los agustinos más que nada porque la parroquia está diseñada para impedir que la gente se arrodille durante la consagración y la comunión en la mano es cuasi obligatoria. Y donde resido ahora, también he tenido que emigrar, porque es una parroquia en la que el altar está _como en la tuya_ "a dos velas", en las homilias nos cuentan el telediario a ritmo de guitarra y hace un frío temeroso.
Vamos, que te comprendo al 100% y te animo a que resistas en tu emigración jajaja...
Que pases buena semana ¿qué tal tu hija?
Esperanza, esta parroquia está dirigida, precisamente, por agustinos y me he quedado "cortísima" en comentarios. Me han contado cosas que no se pueden escribir porque claman a Cristo. Si escribo todo lo que sé, te pones las manos en la cabeza. Por lo visto el que ha sustituido a l que se ha ido es todavía peor que el anterior. Vamos, que no voy por allí aunque me lo obliguen las autoridades. Estas barbaridades habría que denunciarlas todas. Pero nadie le pone el cascabel al gato. Al párroco le he enviado un correo invitándolo al blog y dependiendo de su contestación, iré a hablar, primero con él y si no, voy directamente al obispo. Ya no me callo más. Esto va a peor cada día y somos nosotros los que tenemos que actuar. Ya está bien con tanto progresismo y tanto cura sin escrúpulos. Estoy que trino y muerdo.
ResponderEliminarA mi hija le han diagnosticado fibromialgia y también intolerancia al pescado blanco, a los lácteos, al trigo y al cerdo de momento. En Septiembre le harán más pruebas. Un verano muy “movidito” y en Sevilla con “la caló”. Toda una alegría, pero se sobrelleva.
Un besazo
Me impresiono como describes la iglesia, sobre todo eso de espejos. No se me ocurriria nunca colocar un espejo en la iglesia, porque? para que??? realmente comparto tus opiniones, aun sin conocerla
ResponderEliminarEn cuanto a la guitarra, aqui en Argentina se ha incorporado la guitarra y realmente no me disgusta ya que a veces se mezcla canto gregoriano con partes de la genial obra de Ariel Ramirez y Felix Luna: "La misa criolla", donde se recrea la musica autóctona argentina y el resultado final es grato y ayuda al alma.
Espero te encuentres en "tu" iglesia y en ella puedas encontrar tu paz y a Diosito muy cerca
Besotes y buena semana
Vaya, debe ser complicado diseñar una dieta para tu niña... trigo, lácteos...
ResponderEliminarMucho ánimo en esta semana!
Tienes suerte de poder elegir otra parroquia. No siempre es asi. La mía está bastante bien par aotras que me han tocado en "sueerte". Hay guitarreos, pero se canta con fe quevale por dos, aunque no sea el ¿Ave Verum? que tienes colocado y que me fascina.
ResponderEliminarMe ha tocado ser parroquiana de una iglesia en que el cura predicaba desde que adán y Eva no existíeron a media hora hablando de lo rico que cocinaba su abuela....no le quito ni un minuto de tiempo ni cambio el tema, y así, ¡de todo!, pero aprovecho de rezar más y hacer actos de fe y de reparación por el maltrato a la liturgia que tiene como fin elevar el alma a Dios y sólo la rebajan o ahuyentan.
De algún modo, podemos aprovechar eso y pedirle a Dios que lo arregle. Por mortificación no nos quedamos.
Un beso....paciencia
Alma: Algunos sacerdotes no saben qué hacer y están más perdidos que muchos fieles.
ResponderEliminarA mí, no me gusta, en ningún caso el guitarreo en la Santa Misa. No creo que proceda cuando hay tanta y tanta música sacra escrita maravillosa y tanta tecnología para poderlas oir en las iglesias. Es un modo de salirse de la formalidad y dar la "nota". Creo que al fondo se llega por las formas. La Iglesia vive momentos muy difíciles y el pobre Papa se las ve y se las desea para salir de tanto barullo como hay formado.
Por eso creo, que somos los fieles, los que también debemos aportar nuestro granito de arena.
Besos
Esperanza: Ya no es solo mi hija. Ahora mi maridito es intolerante algunas cosas diferentes a mi hija. Ella es intolerante, por ejemplo, al cerdo, y él intolerante a la ternera entre el pescado y otras. Así que no sé como me las aviaré.
ResponderEliminarGracias y feliz semana
Ale: Gracias a Dios la parroquia a la que vamos es todo un amor y hay que estar dando gracias al cielo de la mañana a la noche y sin parar. Creo que no hay sacerdote, por lo menos aquí en Sevilla, que le iguale celebrando la Santa Misa. Le pido por él al Señor cada día para que lo guarde muchísimos años y le conserve esa maravillosa espiritualidad. Es todo una santo a imitar.
ResponderEliminarTienes razón. Hay que pedir mucho al Señor para que arregle los desastres. Pero nosotros debemos ayudarle, no me cabe la menos duda. Orar y trabajar.
Muchos besos y gracias por venir
Estimada C. de Silos, puedo entenderte un poco y digo un poco porque yo soy algo más radical que tú; el tema iglesias si van ligadas a cierto teatro escénico y demás me repatean el hígado, por ser suave en la definición.
ResponderEliminarPor naturaleza, me gusta el silencio y la paz para poder recoger el espíritu y eso no siempre se encuentra en las iglesias por lo que, por norma, paso de ir a ellas por obligación. Prefiero hacerlo a horas en las suelen estar vacías y así me siento mucho más a gusto.
Te doy ánimos por las intolerancias de tu hija y de tu marido; a mi hija le diagnosticaron, también, hace dos años, intolerancia al glúten y la verdad es que en este país aún cuesta encontrar los alimentos sin glúten a precios medio normales. Por lo demás es cuestión de cambiar los hábitos de toda la familia. De todos modos, no hay que negar que es duro.
Mi abrazo fuerte, fuerte.
Querida Candela: Antes que nada felicitarte por tu último soneto que me ha parecido realmente delicioso.
ResponderEliminarGracias por tu comentario.
Debemos, creo yo, ser muy exigente para estos temas relacionados con el Señor, así que hago, o intento arreglarlos de la mejor de la forma posible. Estos señores me han dado el silencio por respuesta; no han dicho ni pío, pero no saben con quién se está jugando los cuartos. Pienso ir a hablar con ellos, y si no consigo contestación, hablaré con el obispo y si hace falta le escribo al Santo Padre. Las aberraciones, relacionadas con este tema, se han superado. No he contado ni la mitad Y creo que nuestra obligación como cristiana es defenderlo.
Como en este país se ha perdido la vergüenza, una vecina mía, por ejemplo, que es comunista, (se puede ser lagarterana), le ha puesto al perro el nombre de Rouco como el cardenal, y se pasa el día llamando al dichoso animal para que nosotros lo escuchemos. Tenemos que aguantarnos.
Un besazo grande
Es que puede llegar a verse tanta mamarrachería...
ResponderEliminarUna vez estuve en la Vigilia Pascual en la catedral de Granada (hacía un frío esa noche... hasta agua-nieve me cayó encima) para vivir dicha noche tam importante con mucha solemnidad pero... debo decir que se me hizo la celebración pesadísima porque cada dos minutos se paraba para que alguien cantase con guitarra (cosa que pensé improbable en dicha solemnidad y con el arzobispo) pero nada hija... guitarra para arriba, neocatecúmenos para abajo...
Yo respeto todos los carismas, pero a mi ese estilo no me va nada.
Prefiero el Ave Verum :D
Un abrazo!!
¡Ay, querido Andy! Dentro de la jerarquía eclesiástica, como ves, hay sensibilidades y “sensibilidades”. Yo estoy con las primeras.
ResponderEliminarEl guitarreo, que es, al fin y al cabo lo de menor importancia, que para mí, si la tiene, no me va en absoluto. La “iglesia” tiene mucha culpa de todo lo que está ocurriendo. Los progres que están dentro de ella y demás mamarrachos que los siguen, están haciendo un yo que sé qué, que no tiene ni pies ni cabeza. Hay mucha confusión en todo. Todo se tergiversa para más comodidad y tranquilidad, del hombre; para que se sienta “bien” en todo momento y que haga lo que le de la real gana, que no piense, que no se sacrifique, que no ame, que mire solo a su querido ombligo, como si eso fuese el máximo tesoro. ¡Qué equivocados están los curas que piensan así y los demás que piensan como ellos! Así no se llega a ninguna parte. La palabra Amor se ha desechado del vocabulario y todo vale. Porque decir que lo que se recibe en la Santa Misa es un poco de harina… ya me dirás si no es una aberración y otras cosas peores que no se cuentan.
Sólo nos queda rezar.
Un fuerte abrazo
Querida, en mi caso la capilla es un desastre, pero peor aún todos los sacerdotes que han pasado por ahí en los últimos 20 años y ahora que no puedo caminar, un desastre mayor porque (aunque "moderna"), no fue construida con alternativas para las personas con impedimentos físicos.
ResponderEliminarSobre las nuevas dietas en tu familia... menudo problema... dos menús distintos!
Espero que nadie se confunda (no es broma).
Besos
Cassio: Te digo, que, gracias a Dios, todos no son iguales.
ResponderEliminarBesos
¡Impíos e impías todos!!! ¿Acaso no nació el Señor en un Pesebre???
ResponderEliminarPues eso: Menos estilismo y más vida espiritual en profundidad.
A veces, distraídos con los detallitos, se nos va la sustancia y el quid de lo santo.
...Aunque reconozco la incomodidad de una capilla con espejitos discotequeros, la verdad.
Los espejitos se usaron mucho en el rococó, la mar de bonitos. Los camarines de los retablos del XVIII de Antequera y Granada están cuajados de espejitos, preciosos, con su azogue oxidado...Pero, claro está, son otra cosa y crean otro ambiente más "sacro".
Indiscutiblemente, hay espacios más adecuados, y otros que chirrían.
De curas, no opino (aunque conste que los prefiero con sotana y mártires, a ser posible).
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D. Terzio: No estoy de acuerdo con usted en que seamos impíos todos. ¡Vaya!
ResponderEliminarSe puede llevar perfectamente bien una vida espiritual profundísima y un estilismo precioso aunque sea humilde, ¿por qué no?
Creo que hasta podemos llegar a ser más santos todavía admirando la belleza o la fealdad de todas las cosas, porque usted no sabe como son los espejitos de marra. Son de discoteca hortera de bolera, no le digo más. No tiene nada que ver con los del XVIII de azogue oxidado. Para nada. Y del resto, mejor no hablar, porque me pongo de los mismos nervios. ¡Menos mal que tengo otra iglesia y otro cura! Pero, si ha leído los comentarios, la gente está necesitada de curas como Dios manda, aquí en España y en muchas partes del mundo, como lo demuestran los comentaristas. Sé, que Dios a mí me quiere, pero no todo el mundo tiene la suerte que tengo yo.
Usted también prefiere a los curas con sotanas y mártires. Mire, a la parroquia donde yo voy el párroco va con sotana en invierno, y cleriman, (lógico), en verano. Pues tiene un amigo cura que va vestido como un hombre cualquiera; podría ser confitero o arquitecto. Si a alguien por la calle le pasara algo ¿quién sabría que él es ministro de Cristo? Además, el uniforme imprime carácter y al fondo, por las formas.
Un saludo