Cuando venga, ay, yo no sé
con qué le envolveré yo,
con qué.
Ay, dímelo tú, la luna,
cuando en tus brazos de hechizo
tomas al roble macizo
y le acunas en tu cuna.
Dímelo, que no lo sé,
con qué le tocaré yo,
con qué.
Ay, dímelo tú, la brisa
que con tus besos tan leves
la hoja más alta remueves,
peinas la pluma más lisa.
Dímelo y no lo diré
con qué le besaré yo,
con qué.
Y ahora que me acordaba,
Ángel del Señor, de ti,
dímelo, pues recibí
tu mensaje: «he aquí la esclava».
Sí, dímelo, por tu fe,
con qué le abrazaré yo,
con qué.
O dímelo tú, si no,
si es que lo sabes, José,
y yo te obedeceré,
que soy una niña yo,
con qué manos le tendré
que no se me rompa, no,
con qué.
Gerardo Diego
María
“Era ella
y nadie lo sabía,
pero cuando pasaba
los árboles se arrodillaban.
Anidaba en sus ojos
el Ave María
y en su cabellera
se trenzaban las letanías.
Era ella.
Me desmayé en sus manos
como una hoja muerta,
sus manos ojivales
que daban de comer a las estrellas.
Por el aire volaban
romanzas sin sonido,
y en su almohada de pasos
me quedé dormido”
Gerardo Diego
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¡Magnífico, "Capuchino"! Gerardo Diego es un maestro inolvidable ¿Recuerdas aquella Décima "Piedad", dedicada a la Virgen de los Dolores, y paradigma de la décima moderna, en octosílabos? Por si la has olvidado, o no la tienes a mano, te la envío, con todo respeto:
ResponderEliminar"He aquí helados, crstalinos
sobre el virginal regazo
muertos ya para el abrazo
aquellos miembros divinos.
Huyeron los asesinos.
¡Qué soledad sin colores!
¡Oh, Madre mía, no llores
¡Cómo lloraba María!
La llaman desde aquel día
La Virgen de los Dolores"
Gerardo Diego
Hermosa novena. Muy dulce
ResponderEliminarMagnificas palabras la del maestro Gerardo Diego.
ResponderEliminarUn abrazo.
visitandote capuchino bonita novena,saludos
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