¡Rey de todo el Universo, Salvador del mundo y creador de
todas las cosas!
Señor y Rey mío;
Te pido perdón por todos los pecados cometidos a lo largo de
mi vida
Me dirijo a ti con la humildad que quisiera tener para poder hablarte.
Se haga en mí tu santísima voluntad para poder darte gracias de la
mañana a la noche y darte mi amor que nunca será suficiente.
Te entrego y ofrezco mis pensamientos, palabras y obras; mi
trabajo que nunca es lo suficientemente digno.
Mis penas y sufrimientos; ponerlo todo en tus manos.
Me consagro y me entrego a ti Señor y Rey mío en este
tu gran día.
Ayúdame a renovar esta consagración cada día para
vivir dentro de tu Sacratísimo Corazón.
Ten piedad de todos nosotros, de todos los que te han
abandonado, de los que pasan hambre y mueren sin haberte conocido. Socorre a
los más necesitados.
La Santa Iglesia
parece haber perdido la fe. Haz que brille en toda la tierra y pueda vivir el
auténtico Evangelio. Amén
+Capuchino de Silos
.