martes, 24 de julio de 2018

Hoy más que nunca






Llegaba a casa después de Misa y al abrir la puerta de la calle, sobre una butaca del porche, un maravilloso ramo de flores casi silvestre y una cuartilla en la que se leía:

“Debemos procurar que cada día se renueve nuestra amistad y cariño pasando por la virtud de la perseverancia que es el fin de toda perfección como quiere el Señor. Afianza lo que tengas que es mucho. Podrás tener alas como las águilas para volar sin debilitarte, y recibirás la virtud para que puedas seguir resistiendo. Pídele al Señor fuerzas para correr y ganar en la carrera y pueda quedar en el alma la constancia del Espíritu Santo, así como quedó en Cristo cuando murió en la cruz; como se la dio a los Apóstoles y a todos los que han perseverado en la oración. Sólo aquellos que resisten, reciben esa gracia y siguen con gran energía todas las cosas de Dios que los consuela día tras día. Podrás decir como decía Job /Job 29,18-20): “Multiplicaré mis días como palma; mi raíz abierta está cerca de las aguas, y el rocío se detenía en mi segada; mi gloria siempre se renovará, y mi arco en mi mano será restaurado”
Como decíamos en el colegio:
“Viva Jesús Sacramentado – Viva y de todos sea amado”

Hoy más que nunca.

María”  



+Capuchino de Silos




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