El
día ya se está yendo.
Ya se
aleja.
Ya no
se ve.
Ya no
se escucha.
Ya se
va para siempre.
Y se
va entregándose al sueño;
al
sueño eterno entre sombras y soplos de noche cerrada.
Su
figura se hace frágil, sombría, con quebradizas plegarias, con serenas
cadencias en sus recuerdos.
Alargar
el día quiere, pararlo. Hilar y tejer otro muy diferente manto que pueda llegar
a los espíritus celestes.
Pero
ese día ya se ha ido, ya no vuelve.
Y
hasta el cielo llegará de nuevo mi pregunta...
...y
yo por ti ¿qué he hecho?
+Capuchino de
Silos
'